Opinión

Tribuna del idioma

¿Quién podrá acupearnos?

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En su oportunidad comenté ampliamente el ingreso de un buen número de costarriqueñismos a la 22.ª edición del Diccionario de la Real Academia Española (DRAE). En ese entonces elogié la actuación de nuestra Academia Costarricense de la Lengua –con mayor razón cuando aún se hallaba en situación precaria, sin sede y con un misérrimo subsidio gubernamental–, aunque pronto supe que toda la carga costarriqueñista se puso en las espaldas de un solo académico y descubrí, además, muchos pecados de comisión y de omisión, que en su momento glosé.








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