A lex Solís escenificó, en la Asamblea Legislativa, el martes pasado, una tragicomedia, con muestras evidentes de inestabilidad mental.
Un funcionario público cuestionado, investigado por la Asamblea Legislativa, debe dar razones, pruebas o explicaciones en su defensa. Si las evade o si divaga, como en su caso, el debido proceso exige pararlo en seco. No entendemos, por ello, la actitud de los diputados de la comisión, excepto que el propósito de algunos sea dejarlo en el puesto. Si así fuese, este desatino pudo engendrarse en las filas del PUSC. ¿No propusieron, acaso, como candidatos a subcontralores a personas objeto de diversos reparos? La táctica podría ser la siguiente: como el PUSC perderá, irremisiblemente, las elecciones, lo mejor es dejarle al PLN un incordio en la Contraloría.
El PUSC no ha dado aún muestras de conversión interna. A pesar del terremoto ocurrido en su seno, los dirigentes actuales, en vez de proponer la excelencia y buscar rápidamente la vía de la regeneración, con hechos sonantes y contantes, mantienen al PUSC en el limbo, cerca del infierno y muy lejos del paraíso. Lo del contralor es una oportunidad de oro para levantar la bandera, sin complejos, y echar a andar, excepto que una fuerza superior se interponga.
¿El contralor? Un caso patético, pero, a la vez, una desgracia para Costa Rica. Por ahí, en ciertas paredes o muros, han aparecido unos rótulos que rezan así: "Contralor, no afloje". Estas torpes leyendas, como el reconocimiento al "hijo predilecto", de parte de la municipalidad de Pérez Zeledón, obedecen, al parecer, a un plan del inquilino de la Contraloría. Como escribimos un día, los hechos demuestran que Alex Solís es capaz de todo, desde financiar coyotes y dejar en la calle a los deudores, hasta oponerse a la Sala Constitucional en lo de Riteve o anular, sin razón alguna legal, la licitación de 600.000 líneas otorgada a Ericsson, sin importarle el daño causado a nuestro país. Solo Alcatel habrá saltado de gozo con esta decisión del contralor…
En su discurso –leído– en la Asamblea, el contralor Solís habló de "patraña" y de "una emboscada política", y expresó que era un peligro para el país "quitar al contralor en medio de este escándalo de corrupción". Sin embargo, no pudo demostrar de dónde provienen la patraña o la emboscada, pero sí dejó claro, con lo dicho, que precisamente por el alud de corrupción actual, él debe ser destituido. La lucha contra la corrupción y contra el despilfarro público exige atestados sólidos, en el orden moral (idoneidad), equilibrio mental, independencia, respeto a las personas y a las instituciones, humildad y confianza de los ciudadanos.
La contraloría, cancerbero y magistratura moral.