Opinión

En Vela

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Dios nos ha dado tiempo suficiente para leer, todos los días, sin que nos cuenten el cuento, los reportajes de La Nación sobre el funcionamiento del Estado costarricense. Sí, costarricense, este, el nuestro, el más que secular, que tantas bienandanzas nos ha proporcionado y tantos quebrantos, ¡ay dolor!, en estas décadas, de paz, pero también de un saqueo interminable.








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