En el Día de los Inocentes hay que reconocerle a la administración Solís el mérito de lograr que todo el año se haya sentido así. Por eso, repasemos las cinco grandes inocentadas del 2015.
Ley mordaza: “¡Era solo un borrador!”, dijeron los jerarcas del Micitt sobre el anteproyecto de ley que facultaba al Ejecutivo a ejercer censura previa a la publicidad y revocar frecuencias de medios por faltas como “circular noticias falsas”. Por eso, no nos exaltemos si en el futuro sale por ahí un borrador de reforma al Código Penal que incluya la pena de muerte, la tortura y el destierro –ya saben, “es solo para ser discutido”–.
Los aguacates del ministro de Comunicación: Cuando Subway anunció que no ofrecía aguacate por problemas de abastecimiento –generados por la prohibición arbitraria del gobierno de importar desde México– Mauricio Herrera se apareció en uno de los locales con una bolsita. ¡Problema resuelto! Tanto inconveniente de la empresa con su cadena de suministros, estándares de calidad y proveedores auditados para caer en cuenta que solo tenía que mandar al gerente a comprar aguacates al carretonero de la rotonda de la Bandera.
Banca Kristal: El gobierno movió cielo y tierra para poner a Mario Barrenechea como gerente general del Banco de Costa Rica. Su paso ha estado marcado por cantarle loas al Che Guevara y su proyecto estrella: Kristal, la banca “que sí entiende a las mujeres”. Con sucursales color rosa, ofertas de manicure y publicidad de princesas estilo Disney, todavía estamos esperando que alguien salga a decirnos que todo es una broma de $10 millones.
La madre Gaia: En mayo descubrimos que Gaia, diosa de la Tierra, inspiró un reglamento del INVU que ponía serios límites al uso de propiedad privada en construcciones. Al menos así lo hizo saber la presidenta de esa entidad, Sonia Montero, cuando se le cuestionó por las regulaciones draconianas que impulsaba. Queda por verse qué otras deidades griegas asesoran en el resto del sector público.
Disfraces presidenciales: A don Luis Guillermo le encanta encaramarse trajes –seguro porque en campaña nos dijo que solo tenía cuatro–. Lo vimos de científico, bombero, guardaparques y boy scout . ¿Será mucho pedir que el próximo año el traje que destaque sea el de presidente?
Quedan en el tintero la cerdita Daniela y los sirios de Mariano, entre otros episodios folclóricos. Si por la víspera se saca el día, los costarricenses “de a pie” tendremos material abundante para el 2016.
Juan Carlos Hidalgo es analista sobre América Latina en el Cato Institute con sede en Washington. Cuenta con un BA en Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional y una maestría en Comercio y Política Pública Internacional del George Mason University.