Murió. La Sutel y los operadores celulares enterraron la Internet ilimitada en los pospago. Nadie supo de ese funeral porque no hubo esquela, no hubo anuncio, y ahora será llorar al difunto que tanto queríamos.
De forma poco transparente, la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel) dio sepultura a la descarga ilimitada de datos en los planes pospago. Lo hizo al permitir a los operadores imponer un límite mensual de consumo de gigabytes (GB).
Sutel podrá decir misa, podrá decir que una vez consumida la capacidad de descarga del plan contratado (va de 1 a 20 GB) el cliente seguirá “navegando” a velocidades de 128 o 256 kbps... Eso, en el mundo de hoy, no es navegar. Eso, no es Internet. Eso, es muerte lenta, un suplicio, para cualquiera que hoy viaja de página en página, de juego en juego, de video en video con velocidades de 2 o más gigas. Con el visto bueno de la Sutel, los operadores ahora castigan a quien supere esos límites. ¿Cuándo hubo audiencia pública para someter a consideración de los usuarios este modelo? ¿Se publicitó y se explicó a los afectados? ¿Hubo un debido proceso?
Está bien que en Costa Rica se evalúe liberar las tarifas de telefonía celular y de Internet, pero con transparencia.
La Sutel alega que este modelo procura un “uso justo” de Internet para no desmejorar la velocidad. Optó, entonces, por castigar al usuario que según ellos tiene un uso “excesivo”, antes de exigir a los operadores ampliar la capacidad de sus redes. Si ellos no dan la talla con el alto consumo de los ticos, es momento de exigirles mayor inversión, de ampliar el espectro o de más competidores.
En Costa Rica, nos considerábamos privilegiados con la Internet ilimitada en pospago y nos decían que era cosa solo de este país. Mentira. Es tendencia, pues AT&T, Sprint, Verizon y T-Mobile están lanzando planes pospago sin límites en EE. UU. y lo mismo ocurre en Asia.
Consejo: Por ahora, los nuevos clientes, ni modo, deben aceptar y firmar con las nuevas condiciones, pero los que tienen viejos contratos, ni se les ocurra cambiarlo.
Si venció el plazo del contrato, sigan pagando como si nada. Bien pueden alegar que tienen un derecho adquirido a navegación sin límite.