Columnistas

Valiente mundo real

Los regímenes distópicos imponen la felicidad a la fuerza, bajo un molde uniforme de conducta

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Tomamos a las novelas distópicas cual grandes parábolas de las sociedades, tal como tememos que puedan llegar a ser, sometidas al dominio del Estado totalitario que se convierte en una máquina de control constante de las relaciones privadas, y aun de las conciencias.








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