La reforma al Reglamento de Evaluación de los Aprendizajes, aprobada por el Consejo Superior de Educación en el 2008, buscó atender la repitencia en secundaria, en particular, que los estudiantes no tuvieran que cursar de nuevo todo el año solo por haber perdido una o dos materias, situación desestimuladora para muchos de ellos y, a la postre, potenciaba su salida del sistema, afectando su derecho a la educación.
Han surgido múltiples opiniones a favor o en contra de la norma de adelantamiento, incluida en la reforma, la cual consiste en que los estudiantes quedados en una o dos materias puedan repetirlas y al mismo tiempo llevar otras, si lo desean, del nivel siguiente para aprovechar el tiempo.
Con el fin de contribuir a un debate informado y documentado, el Estado de la Educación analizó las cifras de adelantamiento del MEP del 2016 e hizo una consulta a una muestra representativa de directores de centros educativos diurnos para indagar sobre distintos aspectos relacionados con la aplicación de esta medida.
Del análisis de la información se desprenden varios hallazgos importantes que permiten conocer con mayor precisión la magnitud del fenómeno y tener mejores elementos para determinar si el sistema está en capacidad de manejarlo o no.
Porcentaje bajo. De acuerdo con el análisis realizado, la cantidad de estudiantes repitentes que adelantan al menos una asignatura en grados superiores es apenas del 3,8% del total de estudiantes matriculados en el sistema educativo tradicional público, muy inferior al 11% de repitencia reportado por los mismos centros educativos.
Se trata, asimismo, de un fenómeno propio de sétimo y octavo, años donde se concentra la mayor cantidad de alumnos que adelantan asignaturas, con un 5% y un 6% respectivamente.
Por otro lado, según los datos, casi dos terceras partes de los estudiantes repitentes no se encuentran adelantando asignaturas. En el caso de los centros académicos nocturnos, el porcentaje de estudiantes que repiten y no adelanta es de un 78%.
Visto por centro educativo, un 75% de los centros públicos poseen un porcentaje de estudiantes que adelantan inferior al 5%, un 16% con porcentajes entre un 5% y un 10% y, finalmente, un 8,4% con porcentajes superiores al 10%. Estas categorías predominantemente dominadas por académicos diurnos.
En síntesis, los datos sugieren que estamos frente a un fenómeno con altas posibilidades de manejo institucional por parte del MEP y que no se justifica su eliminación, lo cual afectaría el derecho de los estudiantes a la educación e iría en contra de las estrategias de retención que el mismo MEP ha promovido con éxito en los últimos años.
Medida eficaz. En cuanto a la percepción de los directores, se encontró que no es generalizada la opinión de que la medida no funcione. Al contrario, un 54% de ellos están de acuerdo con que los centros educativos brindan un acompañamiento adecuado a los estudiantes que adelantan y la mitad afirma que las estrategias de tipo administrativo realizadas para atender este fenómeno fueron eficaces; sin embargo, también se identificó un conjunto de áreas por fortalecer, puesto que cerca del 87% de los entrevistados señalaron que el personal administrativo o docente no recibe capacitación que contribuyera a una gestión adecuada de la norma y un 80% afirma no haber recibido apoyo del MEP.
Asimismo, los directores apuntan como las principales debilidades para gestionar adecuadamente la norma de adelantamiento la infraestructura (64%) y la falta de recursos humanos (43%).
También se encuentra que solo un 40% recurre frecuentemente al desarrollo de actividades extracurriculares como una estrategia para atender a los estudiantes que tienen horarios “con cajones”.
Estos resultados sugieren la existencia de múltiples espacios de mejora dentro de los centros educativos y la necesidad de que el MEP desarrolle estrategias de atención diferenciadas según el tipo de colegio y modalidad.
En general, más que la eliminación de la medida, parece necesitarse una mayor atención del MEP en cuanto a propiciar las condiciones adecuadas para que los centros educativos desarrollen una gestión y un acompañamiento adecuado y eficaz a los estudiantes que adelantan, los cuales merecen una segunda oportunidad y el sistema no debería negársela.
La autora es coordinadora de investigación del Informe Estado de la Educación.