La telefonía fija del ICE tiene una historia de 50 años. En ese periodo se expandió el servicio a todas las poblaciones del país, tanto en la forma de telefonía pública como domiciliar. Este esfuerzo de la sociedad costarricense impulsó, junto con otros servicios públicos universales, nuestro desarrollo.
Más recientemente, la generalización de los servicios móviles y de la telefonía de Voz sobre IP ha mermado los ingresos de la telefonía fija tradicional. Debemos, asimismo, precisar que las tarifas de este servicio no se ajustan desde el año 2004, lo que ha repercutido en un importante déficit en su operación. Este faltante era cubierto antes en forma solidaria por los excedentes de operación de la telefonía internacional y la móvil.
Sin embargo, estos últimos servicios ahora están en plena competencia y ya no generan los excedentes para subsidiar la telefonía fija. Eso ha obligado al ICE a innovar en el uso de las redes fijas introduciendo nuevos servicios como Internet y la televisión, y a modernizar tecnológicamente sus redes de cobre e irlas sustituyendo por conexiones de fibra óptica principalmente. Esta tarea también está permitiendo progresivamente eliminar las antiguas centrales telefónicas y mejorar notablemente los servicios que las redes fijas prestan a nuestros clientes.
Para lograr los objetivos de sostenibilidad de la red fija de telecomunicaciones del ICE es indispensable ajustar sus precios o tarifas, luego de ocho años de estar inamovibles, y así, junto con los nuevos servicios, modernizar las redes hacia las tecnologías de nueva generación. Eso es lo que se está haciendo a nivel internacional desde hace algunos años.
Previo al proceso de apertura del mercado de las telecomunicaciones en 2008, el ICE había planteado en reiteradas ocasiones ante el regulador la importancia de la aplicación de un rebalanceo integral de tarifas, el cual debía hacerse de manera gradual, de tal forma que paulatinamente se eliminaran los subsidios que unos servicios tenían sobre otros, sin detrimento del bienestar de los clientes ni de los servicios. Esto en la búsqueda de que cada uno de ellos tuviera la capacidad de sostenerse por sí mismo, sin afectar el acceso que los clientes tienen a los servicios de telecomunicaciones y el aporte que estos servicios hacen al desarrollo nacional.
Pese a requerir tal rebalanceo, el cual no se otorgó en su momento, el ICE, por razones legales y de servicio universal y solidario, ha mantenido en operación dichas redes, y en los últimos años en constante modernización. Se estima que en un plazo de cinco años quedarán totalmente renovadas con tecnología de punta. Esos esfuerzos de actualización tecnológica paulatina han ocurrido en paralelo con la consolidación del ICE y su marca comercial en el mercado local de servicios móviles.
Para avanzar hacia el futuro, el déficit creciente de la red fija debe resolverse; los ingresos actuales son significativamente inferiores a los costos para mantenerla funcionando. El ICE ha presentado al regulador un planteamiento de sus ingresos y costos de operación, y una propuesta para que progresivamente, a lo largo de cinco años, pueda reducir el déficit y convertir dicho servicio en rentable.
El ajuste de la tarifa mínima es una primera medida, de carácter parcial. En el futuro deben analizarse aquellos servicios aún deficitarios, cuyos objetivos son solidarios y universales, que justifiquen la provisión de fondos provenientes del Fondo Nacional de Telecomunicaciones (Fonatel), el cual fue promulgado precisamente con ese propósito.
Conforme la red se vaya modernizando hacia la fibra óptica y provea numerosos tipos nuevos de servicios en las residencias y oficinas, el país encontrará que los servicios fijos y móviles son complementarios y no excluyentes.
Por ello el ICE planteó a la Sutel un ajuste tarifario que permita a la empresa resarcirse parcialmente de los costos operativos deficitarios de la red de telefonía fija y asegurar las inversiones necesarias para completar la transformación tecnológica hacia una red moderna y dentro del proceso de búsqueda permanente de eficiencia en el que se encuentra actualmente la empresa en todos sus campos.
La propuesta consiste en modificar la tarifa mínima de telefonía fija, pero a la vez aumentar sustancialmente el número de minutos libres. Actualmente, con la tarifa mensual de ¢1.850 se brindan 60 minutos libres, y con la tarifa de ¢4.150 se brindarán hasta 500 minutos libres. Es decir, esos minutos pasarán de costar ¢30,8 cada uno, a solo ¢8,30. Aquí lo que se incentiva es un mayor uso del servicio fijo, el cual es sustancialmente de menor precio que la telefonía móvil o celular.
Impulsar este ajuste en la tarifa de los servicios de telefonía fija es darle una oportunidad al país para renovar y hacer progresivamente competitivo un patrimonio estratégico, la red fija de telecomunicaciones, cuyas oportunidades sociales y comerciales son reales y promueven la competitividad del país, a la vez que se cumple con principios de universalidad y solidaridad, en especial en las áreas rurales y las de menor capacidad económica.