Recientemente, La Nación publicó una noticia en la que trata de devaluar mi postulación a la diputación por la provincia de San José en la papeleta del Movimiento Libertario, tan solo por ser la hija de una actual legisladora.
Pareciera que el periodista quiere matizar como negativo y antiético el ejercicio de un derecho fundamental que tengo para elegir y ser electa, de acuerdo con los artículos 21 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y 23 de la Convención Americana de Derechos Humanos.
No es válido desacreditar a una persona por su parentesco, pues he sido miembro de la Juventud Libertaria desde el 2004, Asambleísta Nacional Suplente en el 2005, Candidata a Regidora por el cantón de Moravia en el 2006, Miembro de la Asamblea Cantonal de Moravia 2006-2010, Coordinadora de Asuntos Electorales de los cantones de Moravia, Tibás, Coronado y Goicoechea en la campaña 2009-2010, Miembro de la Asamblea Provincial de San José 2013-2017 y actual Miembro Territorial de la Asamblea Nacional 2013-2017. He participado en todo el proceso cantonal, provincial y nacional de mi partido, habiendo sido los delegados de la provincia de San José los que me han impulsado a presentar mi nombre ante los costarricenses para optar por una curul legislativa.
No me postulo por capricho ni por herencia. Reúno las condiciones y requisitos académicos y morales para aspirar a una representación popular. Tengo 28 años y soy ciudadana costarricense, en ejercicio pleno de mis derechos y deberes. Además, tengo un perfil profesional que me permitiría desempeñar con éxito ese rol: soy bachiller en publicidad, licenciada en comunicación de mercadeo y máster en administración de empresas con énfasis en finanzas y economía y desarrollo sostenible por el INCAE. He laborado en empresas privadas, experimentando la realidad del trabajador costarricense pero, sobre todo, soy una joven preocupada por la falta de representación y de políticas públicas que le ayuden a las personas, especialmente de mi generación, a encontrar oportunidades para un mejor futuro.
Estoy frustrada de ver que las cosas van cada día peor en nuestro país y he decidido no quedarme cruzada de brazos esperando que las soluciones manen del cielo. Quiero contribuir, con mis ideas, mis propuestas y las de mi equipo de trabajo, a la búsqueda de soluciones a los problemas que nos aquejan.
Como ciudadana, me preocupa el desempleo, especialmente entre las personas de mi generación que no están teniendo las oportunidades de estudio adecuadas para una formación profesional que les permita ganarse la vida dignamente, o porque, aún con preparación, no logran encontrar empleo debido a un mercado laboral limitado, con ambiente desfavorable para el emprendedurismo, y con pérdida de competitividad del país para atraer inversiones y generar fuentes de trabajo.
Soy liberal por convicción y formación, y desde hace muchos años, en diversos espacios y foros, he aprendido a valorar la libertad como el elemento fundamental para el desarrollo humano. No se puede vivir con dignidad si los derechos individuales son estrechados por un Estado que extiende cada vez más sus brazos interventores en cada área de nuestro entorno cotidiano.