La anexión del Partido de Nicoya del 25 de julio de 1824 es un tema polémico para los costarricenses. Esta nota busca profundizar en tal hecho.
El Partido de Nicoya estaba poblado por un núcleo indígena importante a inicios del siglo XVIII, momento en el que despegó su desarrollo económico, cuando vecinos de la población de Rivas de Nicaragua crearon varias haciendas. Igualmente, estos pobla- dores erigieron, en 1769, una ermita en el pueblo del Guanacaste, hoy conocido como Liberia. En suma, la economía del Partido de Nicoya estaba dominada por haciendas de propietarios nicaragüenses, cuyo centro de actividades era la población del Guanacaste y dependía administrati- vamente de la Capitanía General de Guatemala.
Pocos años después, en 1772, un grupo de ladinos costarricenses crearon las poblaciones de El Diriá y Santa Cruz, desarrollaron vínculos económicos sólidos con Costa Rica y eran numéricamente mayores que la población de Nicoya y Guanacaste (hoy Liberia). Así, a fines de la colonia, la situación era compleja porque, por un lado, Nicoya y el Guanacaste tenían afinidad económica y social con Nicaragua y, por el otro, El Diriá y Santa Cruz, con Costa Rica.
Precedente de 1812. La situación se complicó aún más a inicios del siglo XIX, cuando Centroamérica debió elegir diputados para las Cortes de Cádiz, porque Costa Rica no tenía suficiente población para elegir un diputado. La decisión de la Audiencia de Guatemala fue agregar, desde el punto de vista electoral y no administrativo, la población del Partido de Nicoya a Costa Rica en 1812. Lo cual sentó un precedente en cuanto a la relación política entre Nicoya y este país.
Los años pasaron y, después de la independencia en 1821, Centroamérica decidió anexarse al imperio mexicano de Agustín de Iturbide. Tal decisión propició luchas internas en cada una de las provincias, con el objetivo de buscar la "mejor" forma de gobierno, ya que algunas ciudades y pueblos preferían formas de organización republicanas y no imperiales. Estas luchas también se libraron en el interior de Costa Rica y Nicaragua. De nuestro interés es el caso nicaragüense porque, al crear los granadinos una Junta Gubernativa Subalterna opuesta al imperio, la población de Rivas decidió apoyar a León y unirse a Iturbide. Los eventos produjeron una fractura política que afectaba directamente las inversiones nicaragüenses en el Partido de Nicoya. Por ese motivo, los diplomáticos costarricenses recomendaron al Congreso Constituyente de la Federación de Centroamérica apoyar la anexión del Partido a Costa Rica. Ambos Gobiernos optaron por dejar en manos de la Asamblea Federal Constituyente la decisión final. Sin embargo, se consideró oportuno tomar el parecer de las comunidades de Nicoya, Guanacaste, El Diriá y Santa Cruz, por lo que se convocaron los respectivos cabildos abiertos en 1824.
Cambio radical. En la primera reunión de cabildo abierto, el Guanacaste decidió no anexarse a Costa Rica y declinaron la invitación "apoyándose en las mutuas relaciones de parentesco y amistad y comercio con que este vecindario está enlazado con el de Nicaragua, de donde recibe todo su influjo" (Sibaja, 1974: 117). El cabildo de Nicoya también decidió mantenerse unido a Nicaragua por los mismos motivos expresados por el Guanacaste; sin embargo, tres semanas más tarde, en un segundo cabildo abierto el 25 de julio de 1824, cambiaron radicalmente de opinión y se anexaron a Costa Rica apoyados por la Municipalidad de Santa Cruz, población vinculada socioeconómicamente con Costa Rica. La anexión planteó una fuerte división en el interior del Partido, al mantenerse el Guanacaste unido a Nicaragua, pese a que representaba el 33 por ciento del total de la población del Partido de Nicoya.
Producto de tal división, el Gobierno costarricense realizó gestiones diplomáticas ante el Congreso Federal reunido en Guatemala a inicios de 1825 con el objetivo de buscar la incorporación política del Partido de Nicoya a Costa Rica. Las gestiones dieron fruto al disponer el Congreso de la República Federal de Centroamérica que el Partido, en su totalidad, incluyendo Guanacaste, quedaría provisionalmente unido a Costa Rica. Tal decisión fue ratificada por los Gobiernos de Costa Rica y Nicaragua al firmar el tratado de límites Cañas-Jerez, el 15 de abril de 1858.