Se ha producido un descuido imperdonable y una falta de valoración de aquellos que sin ningún interés pusieron su esfuerzo por Costa Rica, por la gente de menos recursos, por su hábitat y por crear lugares para que todos los ticos disfrutaran sin destruirlos. Ejemplo de esto son el Parque Nacional Volcán Poás, la restauración de la Escuela Sucre de San Carlos, el acondicionamiento de sitios arqueológicos como Guayabo, la construcción de las primeras casas de Villa Esperanza en Pavas, etc.
Lo hacíamos en nuestras vacaciones; éramos de todas las partes del país y no teníamos ningún interés, solo el de ayudar.
En el centro de información del Parque Nacional Volcán Poás hay dos fotos, las únicas que hacen referencia a la construcción del parque. En la primera se encuentran cuatro jóvenes, dos son o eran de San Vito, uno de Orotina y otro de San José. Los de la segunda eran de Cartago y Limón.
Sin embargo, la nota adjunta explicativa de la foto hace referencia como si fueran miembros del Cuerpo de Paz (organización venida a menos con la Guerra Fría y en la memoria de quienes vivimos la década de 1970 con intensidad); por nigún lugar aparece el nombre del Movimiento Nacional de Juventudes, al cual con mucho orgullo pertenecimos.
No pido reconocimiento de nombre de personas porque nunca sería esa la intención, pero sí de la institución que tiene el mérito: Movimiento Nacional de Juventudes, formador de jóvenes con conciencia social.