Opinión

La maquila literaria

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Es institución común en Estados Unidos el llamado ghost writer (escritor fantasma), encargado de escribir lo que otra persona desea comunicar mediante un libro o un artículo. Esa figura tiene mucho sentido porque un político, un empresario o un deportista de alto nivel –económico, se entiende– no dispone del tiempo necesario para “sentarse” a redactar en detalle lo que le puede sugerir en pocos minutos a alguien que se ha entrenado para ponerle cuerpo y poesía al pensamiento ajeno. Con el tiempo ocurrió incluso que escritores más o menos consagrados, exigidos por el mercado o por los editores a producir más, contrataran como refuerzos a escribidores no tan notables.








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