Opinión

La nadadora y el zapatero

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Para verdades el tiempo, decía un conocido y recordaba que “más sabe el diablo por viejo, que por diablo”. Hace poco, un buen amigo defendía la antigüedad laboral de un individuo como criterio para determinar su prioridad en los procesos de selección de su organización. Luego planteaba que el tiempo servido por una persona debía equipararse con títulos académicos. La lógica era que quien ha estado más tiempo en la organización posee mayor pericia; sin embargo, esto no es cierto.








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