En 1997, cuando en Argentina fue asesinado el fotoperiodista José Luis Cabezas, el pueblo se lanzó a las calles, la prensa no se silenció y se mantuvo firme luchando día a día y pidiendo justicia. "No olvidemos a Cabezas", decían los afiches que lucían en todas las calles de Buenos Aires. La prensa siguió de cerca el proceso, el caso caló en lo profundo de la ciudadanía y llegó a extremos casi impensables. Se señalaron responsables.
Nosotros no podemos olvidar a Parmenio y también exigimos justicia, exigimos que se condene a los responsables.
Hoy los comunicadores tenemos un compromiso para con nosotros mismos y hacia la sociedad. Seguiremos todos de cerca este proceso, sin callar, sin cesar. Seguiremos con más fuerza peleando los espacios para seguir haciendo nuestro trabajo. Investigando, denunciando, sin mordazas, sin miedo.
Quizás el ruido de esos tres disparos despierte a muchos que no prestaban atención a la situación de la prensa.
(*) Periodista
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