El origen de la sífilis ha sido un tema debatible y difícil de precisar científicamente. ¿Cómo y por qué se propagó con virulencia epidémica en Europa hacia fines del siglo XV y comienzos del XVI?
En un pasaje de su erudita y brillante conferencia el lunes 16 de setiembre en el Teatro Nacional, Lord Hugh Thomas mencionó el origen americano de la sífilis sin aludir a la existencia de controversia alguna sobre la materia. Conforme a su manifestación, el historiador dio así su apoyo a la fuerte evidencia circunstancial que ha predominado y señalado a la tripulación de Cristóbal Colón como la portadora de la terrible enfermedad desde el Nuevo Mundo al Viejo Continente.
Como los primeros casos de sífilis en Europa, médicamente diagnosticados con certeza, aparecieron poco tiempo después del regreso de Colón de las Indias, se pensó que sus hombres se habían contagiado al tener relaciones sexuales con las nativas y esparcido la infección al retornar a sus hogares.
Una hipótesis opuesta sostiene que la sífilis se originó desde tiempos inmemoriales, y en consecuencia, existía en alguna forma en las poblaciones de todo el ancho y ajeno mundo. Según esta teoría, la enfermedad venérea se hallaba presente en Europa desde la Antigüedad pero quizá confundida con la lepra. Una convergencia de movilidad con elementos sociales y económicos, más que navegantes de regreso a sus hogares, siempre según esta hipótesis, sería la gran responsable de la propagación de la epidemia allá por el año 1500.
Pero el peso de las evidencias durante años ha inclinado la balanza en favor de la teoría de que la enfermedad la llevaron al Viejo Mundo los hombres de Colón. El examen de miles de esqueletos extraídos de cementerios precolombinos esparcidos a lo ancho y largo del territorio de las Américas, ha determinado la existencia de típicas lesiones en los huesos hasta hacer pensar que la infección causante de la sífilis pudo haber sido abundante y común entre las poblaciones indígenas mucho antes de 1492, aunque sus síntomas y efectos se manifestaran de manera más benigna y no venérea, como es el caso de la enfermedad tropical conocida como Frambesia (Yaws en inglés) y causada por el organismo treponema pertenue y no por el treponema pallidum (espiroqueta pálida) de la sífilis.
El análisis de algunos esqueletos europeos, incluyendo los exhumados de cementerios de leprosos, no produjeron evidencias ni trazas de la enfermedad antes del regreso de Colón del Nuevo Mundo.
Sin embargo, en 1992, en las cercanías del pueblo de Metaponto en el sur de Italia, se descubrió un cementerio perteneciente a una antigua colonia griega asentada allí desde el año 600 hasta el 250 antes de Cristo. Las excavaciones en el cementerio estuvieron a cargo de un antropólogo clásico de la Universidad de Texas y el examen de las osamentas lo realizó una pareja de surafricanos, los doctores Maciej y Renata Henneberg, de la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo.
Cuando los resultados del estudio de los Henneberg se dieron a conocer indicando la existencia de la sífilis en Europa desde la Antigüedad, la reacción inicial en el mundo científico de la paleoantropología fue de sorpresa y cautela. Pero además, casi al mismo tiempo, el doctor Donald J. Ortner del Instituto Smithsoniano de Washington D.C. terminaba en Inglaterra el estudio de dos esqueletos ingleses de los años entre 1400 y 1420 con idénticas conclusiones a las de los surafricanos.
Esas conclusiones eran, ni más ni menos, que tanto las osamentas exhumadas del cementerio griego en Italia como las de Inglaterra, presentaban lesiones producidas por el organismo treponema pallidum (espiroqueta pálida) causante de la sífilis. El Dr. Ortner agregó, como para ser más específico, que las lesiones en los cráneos de los dos esqueletos ingleses evidenciaban haber padecido de "sífilis clásica".
A partir de ese año (1992) más y más evidencia se ha acumulado indicando que la treponematosis existía en Europa antes del primer viaje de Colón en 1492. Entonces, según la hipótesis precolombina, la sífilis se daba en el Viejo Continente desde tiempos muy antiguos, pero probablemente mal diagnosticada y confundida con lepra. Algunos opinan que en términos bíblicos la palabra "lepra" pudo haberse referido a la sífilis.
¿Padecía de sífilis el Rey David? Tal vez no; tal vez sí. No puedo precisar el pasaje bíblico, pero recuerdo haber leído alguna vez en una Biblia en inglés la siguiente frase respecto a David: His loins are filled with a loathsome disease" (Sus cavidades están llenas de una abominable enfermedad). Espero que por citar la frase anterior no se me acuse de antisemitismo...
Es probable que el Dr. Hugh Thomas consideró innecesario referirse en su conferencia a estas controversias e indagaciones científicas de los últimos años por estar convencido del origen americano de la enfermedad. De lo contrario, uno podría pensar que las desconoce, cosa imposible en un historiador de tan formidable estatura intelectual y erudición.