Hoy se clausura la semana conmemorativa del centenario del nacimiento de don Pepe. Evocamos, de nuevo, su memoria con mínimos fragmentos de la carta remitida por este caudillo valeroso y culto, y, como tal, de mente abierta, a doña Berta de Gerli, en abril de 1971, en respuesta a la suya del 25 de marzo anterior. Se trata de un documento sobresaliente: la posición de don Pepe sobre las relaciones con la URSS, con los Estados Unidos y con el mundo. Ilumina, hoy, a los espíritus apocados, exorciza a los ideologizados y da ánimos a quienes creemos en la capacidad de nuestra patria.
“Yo opino –expresó– que en 1971, y en los años siguientes, convendría establecer un solo mercado mundial para el comercio…”. “Al opinar que el comercio con todo el mundo es hoy necesario, a pesar de los temores que en muchas personas suscita, creo que no hago otra cosa que marchar con la época…”. “Combatí el comunismo cuando ayudó a poner en peligro en Costa Rica el derecho electoral y repudio a cualquier régimen como el de Cuba, mientras tenga en las cárceles a millares de presos políticos o trate de imponernos la Revolución Cubana por medio del terror…”. (Mientras tanto, hay ticos hoy en día, que repudian la globalización y la apertura, si implica a Estados Unidos, pero se arrodillan ante cualquier fetiche. ¿Aldeanismo o paranoia?)
“En la rivalidad mundial –manifestó– que hoy encabezan las dos mayores potencias, nosotros pertenecemos al grupo de Occidente. Queremos para nuestro país el sistema de libertades y de iniciativas privadas que Estados Unidos representa. Hemos sido modestos aliados de Norteamérica desde la Primera Guerra Mundial y estamos dispuestos a seguir siéndolo”. (Así escribió alguien que criticó fuertemente a Estados Unidos, cuando correspondió. Don Pepe sabía distinguir entre la crítica argumentada y la pose, entre la razón y la estupidez).
“Si los norteños –dijo– no fueran más duchos que nosotros en política mundial y en negocios internacionales, no estarían ellos ricos y nosotros pobres…”. “La lucha es universal y omnipresente. En medio de ella hay que vivir, como entre todos los riesgos de la vida”. “Uno de los mejores instrumentos de paz es el comercio”. “Hay que marchar con la historia o delante de ella”.
(¿Que el comercio puede ser injusto o que la globalización y la apertura pueden generar injusticia social? “Es el riesgo de la vida”. El trigo y la cizaña crecen juntos. Pero luchar contra la injusticia es nuestro reto diario, sin que, por ello, como quieren algunos, tengamos que escondernos y vender el sofá).