Fútbol Nacional

Cartaginés castigó en su casa los pecados de Saprissa

Sin ideas ni fútbol los morados cayeron por la mínima en la casa brumosa

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Cartago. Cartaginés le desnudó a Saprissa todo lo malo que ya había anunciado la Concacaf y se trajo al torneo nacional la crisis de un campeón que una vez más volvió a jugar a nada.

Incapaz en ataque y temeroso en defensa, Saprissa aterrizó en el Fello Meza con la tarea de sacarle algo a los brumosos, un objetivo al que no solo le faltó acompañar de ideas, sino también de ganas.

El Monstruo se encontró en Cartago con un equipo que más que entender a lo que juega sabía muy bien cómo anular su plan: ahogándole las ganas en la media y dobleteando todo lo poco que pasaba de esa primera línea de control.

Eso, unido a la pasmosa imposibilidad morada por armar juego, derivó en lo que hace poco hubiera sorprendido pero ayer solo pudo parecer lógico: el primer y único remate directo de la S llegó hasta el minuto 87 de partido.

Cartaginés, sin ser tampoco un derroche de virtudes, sí trató de hacer que ese manejo se tradujera en oportunidades, sobre todo en una primera mitad donde por ejemplo Andrés Lezcano lamentó el capricho de un balón que se estrelló en el palo derecho de Danny Carvajal.

Y siguió así, en una mitad que dominó a placer pero que acabó sin movimiento en el pizarrón, un grito de gol que se quedaría para el complemento.

Triunfo merecido. Para cuando Carlos Johnson y Johan Condega volvieron loco al mediocampo morado, solo faltaban segundos antes de que Carlos Hernández adornara con un golazo todo lo bueno de Cartaginés en el partido. Era apenas el minuto 47’, pero Saprissa no tuvo nada para responder a ese golpe.

Ni Diego Estrada, Deyver Vega o Marvin Angulo, todos variantes, fueron la solución para un problema que ayer se escapó de los nombres y se tradujo al colectivo.

Tampoco ayudaron los remiendos de Rónald González en la parte baja, quien, reconociendo las culpas de Rafael Morales por izquierda y Jordan Smith por derecha, decidió apostarle a los cambios para tapar las goteras de su zaga.

Heiner Mora y Adolfo Machado oficiaron de aleros, los dos al menos sin el aire de improvisación, pues ya las obligaciones del Verano los habían puesto a corregir urgencias similares a las de ahora, solo que con resultados diferentes a los de ayer.

Cartaginés, entonces, intentó aumentar las cuentas, convencido de que a la justicia del marcador todavía le cabía alguna otra dosis adicional de júbilo, la misma que Condega tuvo en sus piernas pero dejó escapar.

Así se acabó el invicto de Saprissa en un Invierno que se le empieza a poner gris demasiado temprano, mucho más de lo que se podía augurar para equipo todavía con la alegría del título fresca.

Eso, con un calendario que el miércoles traerá el reto de cuestionar la cima de la UCR, mezclará urgencia y obligación para los morados, sin tiempo para lamentar todo lo malo de esta semana.

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