Berlín 2023 significó su primera vez en unos Juegos Mundiales de Olimpiadas Especiales y Freddy Vargas hizo realidad lo que tantas noches había soñado.
El atleta de 56 años llegó a estas justas lo mejor preparado posible y su entusiasmo resultaba admirable. Él quería hacer historia y se preparó para eso.
Sabía que si hacía ese viaje hasta Alemania, no era nada más para participar. Él quería subir al podio y no solo una vez.
Dicho y hecho. Después de contarle sus planes a sus familiares y amigos, antes de partir a Costa Rica había avisado que no se vendría de Europa con las manos vacías.
Y así fue. Llegó el momento de escribir su propia historia en los Juegos Mundiales de Olimpiadas Especiales y Freddy Vargas se hizo grande en la prueba de los -83 kilogramos de levantamiento de potencia.
En esa división ganó la medalla de oro en sentadilla (135 kilogramos), bronce en press banca (95 kilogramos), bronce en peso muerto (152,5 kilogramos) y plata con la sumatoria de los pesos (382,5 kilogramos).
“Lo primero que hice fue disfrutarlo, luchar yo mismo, sacar fuerzas de mi físico y decir que valientemente yo lo podría lograr, porque no podía aferrarme. Lo disfruté y yo lo dije, que a Costa Rica no regresaba con las manos vacías. Ese fue mi propósito”, afirmó Freddy Vargas.
No fue nada fácil, porque aunque estaba muy concentrado en su propio trabajo, también veía a los otros competidores haciendo su máximo esfuerzo, con el mismo propósito de llevar medallas a su país.
“Pero yo dije que a mí de mi Patria no me iban a quitar nada, aunque sea la primera vez que estaba compitiendo”.
Esa determinación lo llevó a sonreír después de tanto esfuerzo y recordó que sus inicios en este deporte fueron levantando un bloque pesado de un camión.
Para ese entonces, jamás se imaginó hasta dónde llegaría. Mucho menos pensaba la importancia que tendría el deporte en su vida.
“Comencé a entrenar, tiempos atrás, cuando no tenía el entusiasmo. Más adelante, el profesor William y Ariana me comenzaron a ayudar para seguir adelante”, relató.
Incluso, hoy no sabe qué haría si no practicara esta disciplina, que lo ayudó a liberarse de muchas cosas, según él mismo confesó.
“Me gusta mucho porque boto el estrés y la depresión, porque yo he estado en momentos muy duros. He perdido seres queridos, pero yo sé que son como ángeles que lo cuidan a uno, pero nunca se quita la mentalidad por las tristezas que uno pasó... Ahora, después del junio de tristeza, llegó el junio de alegría y eso es lo que me está motivando más”, aseguró Freddy Vargas.
Añadió que las preseas que consiguió en los Juegos Mundiales de Olimpiadas Especiales en Berlín se las dedica a esos entrenadores que lo ayudaron. Y a Dios, que le dio la salud para poderlo lograr.
“Me sentí valiente, era mi primera vez compitiendo, pero no quería que nadie me quitara la ilusión de medalla. Y lo logré gracias al apoyo de muchas personas, pero sobre todo mis entrenadores William y Ariana”, reiteró.