Es mamá y es ciclista. Milagro Mena se siente orgullosa y afortunada de poder vivir al máximo las dos facetas.
Años atrás hasta compitió sin saber que estaba embarazada, pero la llegada de Ian en agosto de 2012 nunca la frenó. En realidad significó una mayor motivación para que esta orotinense de 29 años se animara a pedalear con más fuerza por sus sueños.
Cercano a cumplir diez años, Ian tiene a su madre en Europa en este momento. Ella acaba de convertirse en la primera ciclista centroamericana en tomar la partida y culminar el Giro Donne (Giro de Italia Femenino), considerada la carrera más dura y más larga del ciclismo de ruta profesional para damas.
“Mi hijo está en Costa Rica, al cuido de mi mamá y de mi esposo. Yo no podía traérmelo, yo no puedo tenerlo acá realmente porque, por obvias razones, tengo que ir a las competencias y no tengo quién me lo cuide acá”, comenta Milagro Mena, quien milita con el equipo Servetto-Makhymo-Beltrami TSA.
Pero asegura que saber que Ian está con ellos dos le da mucha paz, porque “está en las mejores manos que puede estar”.
“Me duele mucho el no tenerlo acá, pero también es algo que hemos sabido llevar a través de los años. Ya esta es la tercera ocasión en que yo me alejo de él por alrededor de tres meses y bueno, siempre lo hemos tratado de llevar de la mejor manera y nos sabemos acoplar muy bien”.
La tecnología juega a su favor: hacen videollamadas y pueden conversar por audios.
“Unos días antes del Giro estuvimos haciendo una tarea y todo juntos, ayudándole con cosas que no entendía de la escuela y realmente lo llevamos muy bien. A pesar de que es un sacrificio muy grande, lo sabemos llevar de la mejor manera”, comentó Milagro Mena.
Siempre se ha escuchado que el Giro Donne es la carrera por etapas de ruta más dura del WorldTour femenino. ¿Lo es?
Realmente se podría decir que sí es la más dura, es un evento donde en diez días se pone tu cuerpo al límite, donde el ritmo de competencia es muy pero muy alto, donde los equipos son completamente profesionales y tienen todas las ventajas por decirlo de esa forma; son increíbles.
El poder ir en lugares de subida, que vamos en una pendiente del 3% y que el pelotón mantenga un promedio de velocidad de 44 kilómetros por hora para mí fue algo demasiado impresionante y es un tema que te hace ver que el ritmo de competencia acá en Europa es muy duro y que el Giro es muy duro.
¿Cómo quedó al completar la faena?
Con ganas de buscar mucha cama, de poder descansar. Sin embargo, ya al día siguiente vamos a rodar, vamos a aflojar un poco las piernas porque también es muy importante para esa recuperación. Realmente el cuerpo queda completamente fatigado y lo único que quiere es poder descansar.
¿Qué pensó al cruzar esa última meta?
Muchas cosas. Primeramente mucho agradecimiento a Dios por permitirme terminarlo entera, salva, que a pesar de que tuve caídas, no fue solamente una, pude terminar bien, que no hubo lesiones graves, solo raspones. Muy agradecida con Dios y muy contenta por haber logrado eso para Costa Rica.
Para demostrarle a todas esas niñas, a esas chicas que vienen creciendo, que vienen haciendo esas nuevas armas que sí se puede, que tenemos que soñar, que tenemos que trabajar duro y que podemos lograr muchísimas cosas. Que podemos lograr todo lo que soñamos.
Fue la primera tica en tomar la partida en la prueba de ciclismo de ruta de unos Juegos Olímpicos y ahora es la primera tica en correr y completar el Giro Donne. ¿Qué le dice eso?
Primera tica... (suspira). Ser parte del ciclismo de ruta en unos Juegos Olímpicos y ahora ser la primera tica e inclusive centroamericana en iniciar y terminar un Giro, me llena de mucho orgullo.
Me hace sentir como esa persona que Dios utiliza para ir abriendo esas puertas, para poder demostrar que sí se puede, que debemos de trabajar muy duro, que debemos de hacer las cosas de la mejor manera para poder alcanzar todas esas metas que nos proponemos.
¿Qué representa esto para el ciclismo femenino nacional?
Realmente espero y confío que con esto se haga un poquito el llamado de atención a que el ciclismo femenino en nuestro país tenga un poco más de atención, que se le preste esa dedicación que merece, que se vea que las mujeres también podemos lograr grandes cosas y que no es solamente hacer una carrera por hacerla.
O que simplemente porque son mujeres y como no hay suficientes, no se premian, o muchas veces ni siquiera hay igualdad de premiaciones. Entonces es eso, que de verdad se recompense a las mujeres por lo que se hace, que se busque siempre abrir nuevas puertas para cada una de ellas. Que desde los mandos más altos se busque cómo fortalecer el ciclismo femenino.
Se entiende que se hacen competencias, que se intenta, pero que realmente se fortalezca esto, que se busque hacer escuelas estrictamente para niñas, para motivarlas, que se busque hacer programas para que las niñas se motiven realmente y poder apoyarlas para que sean muchas más.
Que podamos formar un pelotón nacional mucho más grande y que realmente se den las herramientas para que el nivel del ciclismo femenino de Costa Rica pueda crecer muchísimo más. La verdad es que nos falta demasiado.
¿Qué fue lo más duro?
Todo (ríe...). Todo realmente, no fue un Giro nada sencillo, a razón personal. No pude venir con la preparación que soñaba. Tuve una lesión un par de meses antes que me hizo bajarme de la bicicleta por unas semanas. Luego de eso, tratar de retomar un poco de nivel, que no traía el ritmo de competencia adecuado.
Eso porque en Costa Rica no habían carreras de ruta, solamente se había corrido el Gran Fondo Andrey Amador en mi caso. Y luego de eso fueron una que otra carrera de mountain bike (MTB) y listo.
Al ya estar aquí, algunas situaciones, que no tuvimos cosas básicas necesarias para poder tener lo mínimo para poder hacer el Giro de la mejor forma. Pero bueno, se sacó la tarea.
Ejemplos muy rápidos: no tener un masajista que pudiera hacer una recuperación día con día. Eso era vital y, bueno, tras de que físicamente golpea mucho, mentalmente también.
En la parte mental Dios fue mi sostén y me mantuvo ahí. Ya en la parte física era de darle con mucho corazón.
¿Qué sigue ahora?
No lo sé por el momento, tengo que esperar a hablar con el director del equipo para ver qué competencias tienen pensadas que podamos hacer. Ahorita por el momento yo tengo que recuperarme, poder sentirme mejor y tomar nuevas fuerzas.
Estoy a la espera también de que la Federación me responda sobre una solicitud para ver si puedo estar presente en el Mundial de MTB, que es en finales de agosto. Quiero estar y representar al país de la mejor manera, pero no he obtenido aún la respuesta de la Federación y estoy a la espera de eso.