Si, a sus 40 años, usted presenta un colesterol total alto –por ejemplo, de 220 mg/dl– y un nivel bajo de “colesterol bueno” (HDL) –por ejemplo, 35 mg/dl–, es probable que su corazón aparente 51 años de edad. Si además es fumador, podría ser que su corazón corresponda al de alguien de 60 años, es decir, ¡20 más que su edad cronológica!
Por el contrario, si tiene 40 años pero mantiene una presión sistólica menor a 120 mm/hg, un colesterol total de menos de 160 mg/dl, el “colesterol bueno” (HDL) en 55 mg/dl, y no fuma ni es diabético, la edad de su corazón es de solo 31 años.
Estos cálculos no son antojadizos; los médicos los utilizan para hacer valoraciones sobre el estado cardiovascular de sus pacientes y prevenir complicaciones futuras, aseguró la cardióloga Thelma Sánchez Grillo, de la organización Ejercicio es Medicina, Costa Rica.
Según la especialista, los corazones pueden lucir iguales, más jóvenes o más viejos que la edad verdadera de sus dueños, algo que dependerá de los estilos de vida que se lleven y de los factores de riesgo asociados a los padecimientos cardíacos.
Se ha visto que la obseidad, una dieta inadecuada, la presión alta, el colesterol elevado, la diabetes, el fumado, el abuso del licor, el estrés crónico y el sedentarismo envejecen el corazón a un ritmo acelerado pues dañan las arterias y demás estructuras asociadas con este órgano.
Para saber con exactitud cuál es la edad real de un corazón, la persona debe someterse a un análisis cardiológico especializada que evalúe todos estos factores de riesgo e incluya pruebas como electrocardiograma, un perfil lipídico y una glicemia (estos dos últimos se averiguan con un examen de sangre).
En Internet también se pueden encontrar aplicaciones para estimar la edad del corazón, pero los resultados siempre deben ser interpretados por un médico que, a la vez, brinde recomendaciones y prescriba un tratamiento.
Esto son algunos datos generales que pueden darle una idea más clara. Los expertos aseguran que fumar le suma de 7 a 13 años a la edad del corazón; la diabetes o un colesterol superior a 240 mg/dl, le añade 9 años, y una presión alta mal controlada, mayor a 140, le suma 11 años. Entretanto, el sobrepeso (un índice de masa corporal mayor a 30), hace que el corazón luzca hasta 6 años más viejo.
Prevención, vital
La buena noticia es que este órgano tiene la capacidad de rejuvenecerse cuando los individuos modifican sus hábitos y controlan los factores de riesgo. Con ello, reducirían hasta en un 90 por ciento la posibilidad de sufrir un infarto.
De acuerdo con la empresa Unilever, si las personas cuyos corazones tienen 10 años más que su edad cronológica lograran disminuir esa edad cardíaca en 3 años, solo en Estados Unidos habría un millón menos de infartos y derrames a lo largo de un decenio.
¿Cómo añadirle vida al corazón y lograr que siga latiendo en promedio unas 70 veces por minuto? Los cardiólogos insisten en la necesidad de mantener una “alimentación cardiosaludable”: baja en grasas y sal, alta en fibra y rica en frutas y vegetales.
Un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington, Estados Unidos, halló que una dieta reducida en calorías puede hacer que el corazón envejezca más despacio y se mantenga hasta 20 años más joven.
Hacer ejercicio regularmente es otra arma infalible para remozar el músculo cardíaco y reducir hasta en un 40% la amenaza de sufrir complicaciones.
Para que este sea efectivo, se aconseja realizar ejercicio aeróbico (como caminar rápido) durante al menos 30 minutos, cinco veces a la semana. También hay que hacer ejercicios de fortalecimiento muscular, de flexibilidad, coordinación y balance, un nínimo de dos veces cada semana.
Estadísticas de la organización Ejercicio es Medicina (localizable en Facebook) indican que cuando una persona se ejercita de esta manera durante dos años y medio o más, disminuye los niveles de presión alta, baja el colesterol malo y los triglicéridos, aumenta el colesterol bueno y ayuda a reducir en un 58% la diabetes.
Otra acción que siempre ayuda es practicarse chequeos médicos periódicos (una vez al año después de los 40 años) para vigilar los niveles de diabetes, colesterol y presión arterial. El fumado debe proscribirse totalmente y la ingesta de licor, reducirse a un máximo de dos vasos o copas al día para los hombres, y uno para las mujeres.
Diversos estudios sugieren que una copa de vino tinto al día podría favorecer la salud del corazón por sus sustancias antioxidantes y un compuesto llamado resveratrol, que frena los efectos del envejecimiento. Sin embargo, Sánchez opina que tales beneficios solo se consiguen cuando la persona lleva una dieta saludable y hace ejercicio.