Nacido el 10 de julio de 1922, en pleno corazón de Nueva York, pero hijo de inmigrantes italianos, Giacobbe “Jake” LaMotta trascendió por la ferocidad de sus pleitos, caracterizados por los permanentes intercambios en la corta distancia y las palizas que propinó a diestra y siniestra a sus adversarios, pero también recibió mucho castigo en una época de gran reputación para la división mediana.
“El toro” en su redondel
De mandíbula sólida y musculosa, “Toro Salvaje” (The Raging Bull) disputó seis cerrados y antológicos combates ante Sugar “Ray” Robinson, con la satisfacción de que en varias ocasiones derribó a Robinson y su único triunfo sirvió para estampar el primer fracaso al también monstruo del pugilismo norteño.
En una etapa de grandes exigencias por los constantes ascensos al cuadrilátero, LaMotta (83-19-4, 30 KOs) alcanzó la corona mediana al derrotar al francés Marcel Cerdan, el 16 de junio de 1949, en el Briggs Stadium, de Detroit. El galo se lesionó el hombro izquierdo en el primer asalto y abandonó en el noveno. No se pudo efectuar la revancha, pues Cerdan falleció en un accidente de aviación dos años después.
LaMotta perdió la corona en el sexto pleito ante Robinson, en lo que se denominó la “Masacre de San Valentín”, pues la reyerta se efectuó el 14 de febrero de 1951, en Chicago.
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Igualados en los primeros ochorounds, LaMotta comenzó a mostrar tal cansancio que a esa altura del duelo casi no podía mantener los brazos en alto. De acuerdo con presentes, el décimo segundo asalto fue uno de los más sangrientos de la historia del boxeo, pues Robinson golpeó con terrible potencia e intensidad al ya desgastado LaMotta. Para evitar que el neoyorquino continuara recibiendo castigo, el árbitro Frank Sikora detuvo el combate cuando habían transcurridos 2,04 minutos de esa fracción.
Tras ceder el título, LaMotta regresó al cuadrilátero, enfrentándose al estadounidense Bob Murphy, el 27 de junio de 1951 en el Yankee Stadium, de Nueva York. “El Toro Salvaje” recibió tantos golpes que el réferi decretó el nocaut técnico en el octavo asalto.
Realizó otros combates posteriores, el último ante Billy Kilgore, quien se impuso por decisión dividida en 10 asaltos, el 14 de abril de 1954, en la que se inscribe como la despedida de su carrera como boxeador profesional.
Entre bares, problemas y comedias
Después de colgar los guantes, compró un club nocturno, al que le puso “Jake LaMotta”, que él mismo atendía como anfitrión. Tras varios encontronazos con la justicia se vio obligado a cerrarlo. En 1958 fue detenido y enviado a la cárcel por introducir hombres con una menor en el club de su propiedad en Miami.
Con posterioridad hizo las veces de comediante y fue contratado con bastante frecuencia. En esa etapa apareció en más de 15 películas, incluida El EstafadorThe HustlerPatrulla 54, ContesteCar 54 Where Are You? (), con Paul Newman y Jackie Gleason, en 1961. También figuró en varios episodios de la serie policíaca de la cadena NBC llamada en Latinoamérica Patrulla 54, Conteste (Car 54 Where Are You?, título en inglés).
Siete matrimonios
La influencia de su hermano Joey, quien durante muchos años fue su mano derecha quedó sellada en 1980 por Martin Scorsese en la película Toro Salvaje. El guión del laureado filme se basaba en la autobiografía Raging Bull: My Story. Aquella interpretación de Robert de Niro, como Jake, que le llevó a meterse a un ring de verdad y hasta ganar un par de torneos, le valió el Oscar de la Academia.
A su lado, Joe Pesci, como Joey, también fue nominado como actor de reparto en una película en la que de verdad “se dieron con todo” en las escenas de boxeo.
La ajetreada vida sentimental de LaMotta tuvo su reflejo en siete matrimonios, el último con Denise Baker. Tras superar sus graves problemas con el alcohol, los dramas familiares también quisieron sacar a “Toro Salvaje” del ring de la vida sobre todo en 1998, año de la muerte de dos de sus hijos: Jake Jr, víctima del cáncer y Joseph, fallecido en un accidente de avión.
LaMotta cedió su último round en la vida por complicaciones pulmonares a los 95 años, en un asilo de ancianos, en Aventura, Florida.
Vivió por ratos una vida loca, algo bastante común en el mundo del pugilismo, pero nos dejó un legado de versatilidad y valentía imposible de olvidar. Giacobbe “Jake” LaMotta, “Toro Salvaje”, siempre tendrá a su público esperándolo en el redondel de la vida.