Los empresarios Luis Fernando Chanto Carvajal y Carlos Rodó Ortuño fueron condenados ayer a 15 años de prisión por el Tribunal de Juicio de San José.
A ellos se les encontró responsables de peculado en su modalidad de delito continuado, en el cual incurrieron mediante sobregiros en sus cuentas en el Banco Anglo Costarricense (BAC).
Chanto y Rodó se constituyeron bajo ese mecanismo de sobregiro en los mayores deudores de la entidad, cuyo cierre se decretó el 14 de noviembre de 1994.
También pasaron a ser imputados en una de las tantas causas judiciales por la quiebra del BAC y la última en llegar a juicio.
La deuda de Chanto alcanzó los ¢1.071 millones y la de Rodó se estimaba en ¢962 millones.
Por esta razón es que el Tribunal de Juicio también condenó a los dos acusados a pagar al Estado las pérdidas económicas que tuvo por su causa. No obstante, como no hay claridad sobre el monto de la deuda y los daños, el caso deberá continuar en la vía civil.
La sentencia, en todo caso, aún no está firme y los abogados defensores Gloria Navas y Jorge Matamoros, representantes de Rodó y Chanto, respectivamente, adelantaron que impugnarán el fallo ante la Sala Tercera.
Mientras tanto, ambos imputados permanecerán desde ayer y hasta el 20 de noviembre en prisión preventiva, según lo dispuso el mismo Tribunal de Juicio.
Violaron las reglas. De acuerdo con el criterio de los jueces Carlos Chaves, Omar White y Marta Muñoz, los imputados cometieron una serie de irregularidades para obtener fondos públicos.
Sus acciones contaron con el respaldo del entonces gerente de la entidad , Carlos Hernán Robles Macaya. El exjerarca cumple condenas de prisión por 32 años, en los que están incluidos ocho años por la autorización de sobregiros.
Según explicó el juez Chaves, durante el debate quedaron convencidos de que los sobregiros (uso de dinero en un monto superior al que se tiene en la cuenta corriente) no eran usuales en el BAC.
Solo se autorizaban para clientes conocidos, tras un estudio y ante una situación de emergencia económica y por un plazo muy corto. Todas esas condiciones se obviaron para Rodó y Chanto.
Ellos aparecían relacionados con muchas empresas que más bien "fueron usadas de pantalla" para abrir cuentas con poco dinero y sobre las cuales se sobregiraron por grandes montos. Rodó no ofreció garantía y Chanto entregó letras de cambio defectuosas.
"Fueron ellos quienes junto con Robles violaron la naturaleza del sobregiro y causaron un daño económico abrumador. Los señores Chanto y Rodó conocían de la ilegalidad" , manifestó el juez Chaves.
De esta forma cometieron el peculado, que es la sustracción o distracción de fondos públicos dados para custodia o administración.
Jorge Matamoros, defensor de Luis Fernando Chanto, rebatió ese criterio de los jueces pues aseguró que lograron demostrar la voluntad de su cliente de solucionar el problema con el banco.
"El tribunal desoyó o no analizó la prueba en la cual se demostraba que existían, de parte de mi defendido, garantías suficientes y siempre tuvo la intención de cumplir con sus obligaciones", dijo.
También Gloria Navas, defensor de Rodó, adelantó que continuará en la lucha por demostrar la inocencia de su cliente, en un caso en el que "hay mucha presión".