Los delincuentes, en la mayoría de los casos con armas de fuego, cometen un asalto por hora (4.500 en ocho meses) en todo el país, de acuerdo con estadísticas del OIJ.
La mayoría de los atracos ocurren en San José donde, hasta el 30 de agosto, se reportaron 3.327 casos, especialmente en el casco central, Desamparados, Goicoeche y Montes de Oca.
La ola delictiva también registra un notable aumento en delitos como el robo de vehículos y los asaltos a viviendas, según los informes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Durante el primer semestre del presente año se reportó la sustracción de 2.517 vehículos, es decir 14 por día, y el saqueo de 2.883 casas (16 por día), la mayoría en populosas barriadas de San José.
La semana anterior, por ejemplo, tres pistoleros asaltaron la residencia del Magistrado del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), Luis Antonio Sobrado González, en Guachipelín de Escazú. Días antes, habían atacado la casa del alcalde de ese cantón josefino, Marco Antonio Segura.
Empeoró a partir de mayo. El núimero de asaltos, con gran violencia, se incrementaron a partir de mayo, cuando se registraron 392 casos solo en la capital.
En junio se reportaron 408 casos, en julio 463 y en agosto subió a 475 la cantidad de asaltos, la cifra más alta de los últimos tres años, alertaron voceros policiales.
Sin embargo, la policía judicial cree que el número de atracos es mucho mayor pero no se refleja en sus estadísticas porque cada vez más ciudadanos se rehúsan a hacer la denuncia al no confiar en el trabajo de las autoridades.
“Se tiene que mejorar muchísimo la prevención. Si el delincuente no ve presencia policial en las calles se anima a cometer todo tipo de delitos”, afirmó el director del OIJ, Jorge Rojas, quien insistió en la necesidad de reforzar la vigilancia.
Por su parte, el ministro de Seguridad Pública, Fernando Berrocal, afirmó: “Estamos trabajando con las uñas”. Pese a ello, anunció un incremento del 35 por ciento en el presupuesto de esa cartera el próximo año para la compra de patrullas, motocicletas y la apertura de nuevas plazas policiales.
“Nos encontramos muchísimos problemas, de todo tipo, y estos meses los hemos utilizado para ir resolviéndolos. Es un trabajo arduo y estamos tomando las riendas para que el Ministerio de Seguridad haga lo que tiene que hacer: garantizarle a los ciudadanos su seguridad”, comentó Berrocal.
No hay patrullas ni policías. “Para ver a los policías hay que tomarles una foto y pegarla en la pared...”, afirmó, con desánimo, Bryan Murillo, vecino de Curridabat.
Según dijo, “nunca se ven policías y cuando se les llama responden que no cuentan con patrullas”. La Delegación de la Fuerza Pública local solo tiene tres vehículos y, según policías que pidieron no ser identificados, “somos ocho por día y en estas condiciones es imposible brindar una buena seguridad”.
Una situación similar ocurre en Goicoechea, Tibás y Desamparados, donde muchas de las patrullas están fuera de servicio por diversas fallas mecánicas. “La administración anterior no dejó recursos ni para reparar patrullas”, aseguró el viceministro Rafael Gutiérrez.