19/11/2012. Minutos antes de las 11 a.m. de este viernes Douglas Fernández, sospechoso de darle muerte a un hombre e intentar acabar con la vida de su excompañera, se entregó por su propia voluntad a las autoridades judiciales en los Tribunales de Alajuela. Fernández llegó acompañado de su abogado, Javier Vargas, y familiares. Con mirada hacia abajo, la mayoría de las veces, Fernández entró a la Fiscalía para afrontar los cargos por los que se le culpa.
“Yo le puse una grabadora en el carro y escuché que andaba trayendo al amante, y le fui a reclamar a ella, pero, cuando entré a la casa, porque yo tenía llaves, los descubrí en pleno acto. Eso me enloqueció, perdí el control y no me acuerdo de nada más”.
Esas son partes de las declaraciones que Douglas Fernández Álvarez, de 45 años de edad, escribió ayer en una carta, tras confesarle a su abogado que fue él quien mató a su compañera sentimental y a otro hombre que se encontraba con ella.
El doble homicidio ocurrió el domingo en la madrugada, en una casa ubicada en la urbanización Las Palmas de Rincón Chiquito, en La Guácima, Alajuela.
La mujer fallecida fue Luisa Ramos Morales, de 31 años, quien, según la Policía, murió a causa de unas 20 puñaladas.
Mientras, el fallecido fue identificado como Jonathan Ramírez Zenel, de 33 años.
Ayer por la mañana, el sospechoso del crimen se entregó en la Fiscalía de Alajuela.
Su abogado, Javier Vargas, y los familiares de Fernández custodiaban la carta en la que escribió estar arrepentido.
“No es razón alguna que justifique tal daño. Aun así, quiero decir que yo le perdoné una y otra vez las infidelidades a ella, porque siempre me amenazó con no ver a mi hija”, consigna Fernández en la carta.
Casas separadas. Según narraron ayer los familiares, la pareja tenía alrededor de 11 años de vivir junta.
Explicaron que tenían una hija, pero que él también había criado a otra niña que era hija biológica de ella.
No obstante, hacía un mes que Ramos se había ido de la casa. Así lo relató también Fernández en el texto que escribió.
“Hace un mes ella se fue de la casa y la relación siguió igual, solo que viviendo en otra casa, yo iba a la casa de ella y ella a la mía. Yo le prestaba el carro y me quedaba cuidando a mis hijas, ya que ella siempre se iba y las dejaba solitas”, contó en su escrito.
“Me las maltrataba demasiado y yo no podía decir nada porque siempre me amenazaba con echarme a la ley”, agregó el hombre, quien es propietario de una empresa de encuadernación.
Fernández también manifestó que la noche del crimen, él había ido a reclamarle a ella por tener un amante. “Ella me pidió el carro para ir a comprar unas cosas porque iba para la playa con unos amigos, pero ella lo que hizo fue ir a recoger al amante y lo metió en la casa”, aseguró el ahora acusado.
Fernández contó a su abogado que, tras escuchar en la grabación que su pareja había estado en el auto con el otro sujeto, decidió ir a enfrentarla, pero la encontró con el otro hombre.
Después de eso, según dijo ayer el jurista, Fernández perdió el control de sus acciones.
“Una persona que ya se arregló con su esposa y está conviviendo con ella en apartamentos separados, pero ya estaban a punto de unirse, llega y la encuentra con un tipo teniendo relaciones y eso causa situación violenta en él. El Código Penal establece penas según la emoción violenta”, expresó Vargas.
Los vecinos que oyeron gritos alertaron a las autoridades. Cuando los oficiales llegaron al lugar, hallaron muerto a Ramírez con varios impactos de bala en el cuerpo. Ramos falleció, horas después, en el hospital.
Depresión. Un hermano y una hija de Fernández (de otra relación) aseguraron ayer que, hace unos 20 años, él había enfrentado problemas psiquiátricos, debido a dificultades con la pareja que tenía en ese momento. Dijeron que, incluso, estuvo internado.
Aseguraron que sufre de depresión y que ha intentado suicidarse en varias ocasiones.
El abogado del sospechoso detalló que, el domingo en la tarde, tuvieron que darle un sedante.
Ayer el Ministerio Público comunicó que Fernández se encontraba detenido, a la espera de ser indagado.