Los fiscales de la República cerraron filas ayer para exigir protección luego de trascender una amenaza de muerte contra la fiscal Giselle Rivera, quien lleva la acusa-ción en el caso del homicidio de Parmenio Medina.
La primera en pronunciarse fue la Asociación Nacional de Fiscales y Exfiscales de la República, que exigió a las autoridades policiales hacer cuanto esté al alcance para garantizar la seguridad de los fiscales en el desempeño de sus labores.
En tanto, el Consejo Fiscal de Costa Rica recomendó la creación de una Unidad de Protección de Funcionarios Judiciales ante las constantes intimidaciones de que son objeto fiscales y jueces.
Las manifestaciones surgieron luego de que el periódico Al Día divulgó, en la edición de ayer, que se descubrió una conspiración para asesinar a la fiscal Giselle Rivera.
El fiscal general de la República, Francisco Dall’Anese confirmó ayer que existe la amenaza y que por tal motivo se decidió subir el nivel de protección tanto para Rivera como para Miguel Ramírez, quien la acompaña en la parte acusadora en el juicio que se sigue por el homicidio del comunicador Medina.
Descubrimiento. El plan para asesinar a la fiscal Rivera se conoció hace 22 días, cuando se hizo un allanamiento a una vivienda en Coronado. Allí se encontraron dos hojas donde se mencionaba la amenaza contra Rivera.
La vivienda pertenece a un sujeto detenido por posesión ilegal de armas. En la actualidad descuenta seis meses de prisión preventiva.
Francisco Dall’Anese mencionó que desde ese momento se decidió subir el grado de seguridad para la funcionaria amenazada.
Relató que el asunto es de conocimiento de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS) y del Ministerio de Seguridad Pública.
Francisco Dall’Anese dijo que espera que esas amenazas no interfieran en la labor de los fiscales.
Dall’Anese se mostró preocupado porque, en el caso Medina, además de los fiscales, hay 16 testigos que también reciben protección policial pues han sido objeto de alguna intimidación.
“El sistema está siendo sometido a una prueba que, espero, sea superada”, manifestó.
Giselle Rivera empezó a sufrir amenazas en junio del año 2004. Desde entonces recibe protección especial.