Sucesos

Mujer violada por su compañero: ‘Mi esposo me dijo que yo tenía la obligación de complacerlo’

Cónyuge la violó cuatro veces, dos de ellas en presencia de su hija de un año

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La primera vez que su propio esposo la violó fue un día de julio del 2010: “Yo me acosté y me cobijé, él se despertó, me jaló del brazo, me empezó a tocar, yo me cubrí, él me agarró fuertemente, me pegó contra la cama...”.

La segunda agresión sexual ocurrió días más tarde, cuando ella estaba bajo la ducha bañando a una de sus dos hijas, de un año de edad. “Yo le dije: ‘Aquí no’, porque nuestra hija estaba enjabonada, yo no quería que mi hija viera eso”.

A finales de agosto de ese año, un día en que ella estaba con la misma niña en el cuarto, él la obligó nuevamente a tener relaciones sexuales.

El último de los ataques ocurrió entre finales de ese mes e inicios de setiembre, luego del cual la esposa interpuso una denuncia por violencia doméstica.

“En ninguno de estos hechos yo presté mi consentimiento, yo le dije que no quería, cerré las piernas, le decía que me dejara, que no quería, él me decía: ‘Yo quiero tener relaciones ya’. En una ocasión me dijo que yo tenía obligación de complacerlo, que yo estaba para eso”.

Todas esas declaraciones las dio una mujer de 41 años de edad durante el juicio en el que su esposo, un ingeniero en informática, de apellido Orozco y de 39 años, fue condenado a 36 años de prisión por las cuatro violaciones. Los hechos ocurrieron en la casa de la pareja, en Goicoechea.

Aunque, físicamente, ella no tiene rastros de esas agresiones, los jueces del Tribunal Penal de Goicoechea consideraron que sí había prueba suficiente para condenar al esposo.

“No se trata, entonces, solo de determinar si las prendas de vestir de la víctima están desgarradas, si hay en el cuerpo de la víctima lesiones compatibles con un estado de lucha, si no hay en la víctima la presencia de semen o rastros biológicos que confirmen el acceso carnal, pues ni lo uno ni lo otro son necesarios para concluir –o desvirtuar– que alguien ha sido ultrajado sexualmente”, dictó el Tribunal en la sentencia.

Los jueces analizaron pruebas como testimonios de allegados a la pareja y dictámenes médicos, y le impusieron a Orozco 12 años de cárcel por cada violación. La pena se adecuó a 36 años por la regla del concurso material (reiteración del delito).

El fallo fue dictado el 19 de febrero por los jueces Jorge Tabash Forbes, Ileana Méndez Sandí y Silvia Badilla Chang.

Víctima. En su análisis, el Tribunal tomó en consideración que, cuatro años antes de los ataques sexuales, la ofendida había presentado otra denuncia por violencia doméstica.

Esos hechos fueron aceptados por el imputado, que, según alegó, la golpeó porque estaba en un momento de “estrés”.

Tras esa primera agresión física, el marido tuvo que abandonar la vivienda, pero la pareja se unió nuevamente, según se narró durante el debate. Los jueces estimaron que la víctima regresó con él porque vivía en un ciclo de violencia difícil de abandonar.

“Desde los primeros meses de la vida matrimonial, la ofendida fue objeto del denominado síndrome de la mujer agredida o violencia doméstica, y que, de forma sistemática y paulatina, el inculpado produjo en la perjudicada un grado de intimidación moral, sometiéndola a un círculo vicioso en que los abusos y la dominación en aumento hacían decrecer (...) su (...) resistencia”, concluyeron los jueces.

Esa argumentación se basó en la valoración psicológica realizada por expertos del Poder Judicial. Los jueces también señalaron que el relato de la esposa era “sincero y espontáneo”.

La sentencia integral de este caso fue dada a conocer ayer.

La semana pasada, tras dictarse el fallo, La Nación contactó con el sentenciado, pero declinó dar declaraciones. Él está libre mientras la condena queda en firme.

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