Puerto Viejo, Sarapiquí. El OIJ reafirmó ayer su sospecha de que Rafael Morales Mayorga posiblemente asfixió a su conviviente, Vilma Nicundano Gutiérrez, y aprovechó aturdimiento de la víctima para obligarla a tragar una pequeña cantidad de veneno.
Cuando la mujer perdió el conocimiento, el hombre ingirió del mismo agroquímico, que se emplea para eliminar plagas en el campo. Murió a una hora no precisada de la noche del lunes.
El hecho ocurrió en un rancho donde convivían, en Tres Rosales de Puerto Viejo, cantón herediano de Sarapiquí.
Lo que el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) no ha determinado con precisión es si el tóxico fue lo que realmente mató a Nicundano Gutiérrez.
De acuerdo con informes preliminares de la autopsia, la víctima tenía pequeñas cantidades de veneno en su estómago.
Sin embargo, el OIJ no descarta que Morales asfixiara a su compañera sentimental apretándole el cuello con ambas manos.
La causas exactas de su fallecimiento se conocerán hasta dentro de ocho días cuando concluyan otros estudios pendientes, se informó en medios policiales.
Según la Policía Judicial, Morales, de 25 años, actuó contra la mujer pese a que se encontraban a su lado los hijos de ambos, una niña de seis años y un niño de cuatro, quienes dormían en una colchoneta en el piso del rancho.
Domingo Nicundano, de 16 años, hermano de la mujer, encontró a los menores acurrucados en el cuerpo de su madre. El hallazgo fue el lunes a las 4:15 a. m. cuando ingresó a la vivienda inquieto porque la pareja no se había levantado.
Los pequeños no se enteraron en ese momento que sus padres habían fallecido.
Fueron llevados a la casa de su abuela materna, Candelaria Gutiérrez, de 47 años, quien regresó luego al rancho para, según dijo, “confirmar un presentimiento”.
Ella, pese al nerviosismo, revisó cuidadosamente a su hija y también a su yerno, para confirmar que ambos estaban muertos.
“Mi hija tenía sangre en la nariz y estaba muy fría, igual que Rafael...”, relató.
Los niños, Zeilyn y Luis Andrés, recibirán apoyo psicológico en la clínica del Seguro Social en Puerto Viejo, Sarapiquí, informaron familiares.
Amenazaba con suicidarse. Ayer, agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) destacados en Puerto Viejo de Sarapiquí visitaron el poblado de Tres Rosales para entrevistar a vecinos y familiares de la pareja.
Varios lugareños aseguraron que la relación entre Nicundano y Morales, quienes llevaban siete años en unión libre, estaba en crisis y que discutían con frecuencia desde la semana anterior. “Rafael celaba mucho a Vilma, la amenazaba con un cuchillo y me le pegaba”, afirmó Gutiérrez.
Vecinos dijeron que Morales había amenazado con suicidarse o “hacer una desgracia” si no se arreglaba su situación de pareja.
“Uno nunca se imagina algo así, es imposible”, manifestó, entre sollozos, la madre de Vilma Nicundano.