Al menos cuatro hombres participaron en el homicidio del soldador David Edwin Barrientos Brenes, a quien dispararon una vez en la cabeza.
Debido a un padecimiento pulmonar, la víctima no pudo ofrecer mayor resistencia a los sujetos que la madrugada de ayer llegaron hasta su casa para exigir la entrega de un paquete.
Los desconocidos también atacaron a golpes a su hermano Marvin Barrientos.
David Barrientos, de 49 años, murió cuando era trasladado al hospital San Juan de Dios.
El ataque se produjo a las 2:11 a. m. en un callejón frente a la bomba Texaco, en San Juan de Dios de Desamparados.
El soldador estaba acompañado por su hermano y una joven cuando arribaron los asesinos.
Uno de ellos se quedó en el pasillo para vigilar la entrada; los otros tres ingresaron a la casa.
Rehenes. Durante unos 20 minutos los sujetos impidieron a los moradores salir de la propiedad.
Dejaron a uno de sus compinches en la salida del callejón, a quien pidieron mantenerse “águila”, escucharon los lugareños.
“Oímos varias voces. Uno de los hombres pidió a los de la casa que se callaran. Preguntaban por un paquete. Me dio la impresión de que él (Barrientos) no quería o no podía hablar. Eso le pasaba cuando se agitaba”, explicó una vecina.
Los lugareños escucharon a los homicidas revisando la casa. Lanzaban los objetos contra el piso.
“La muchacha (testigo de la agresión) le decía: ‘¡Pepe (así era conocido Barrientos), déles el paquete!’. Pedía que ya no le pegaran más.
“Escuchamos al hermano (Marvin) llorar. En eso sonó un disparo”, agregó la vecina.
La Cruz Roja atendió al hermano a eso de las 6:20 a. m. Tenía algunas heridas en la cara.
Los sujetos escaparon a pie. De la casa los asesinos no se llevaron bienes, lo que descarta la posibilidad de un robo como móvil.
Desde hace algún tiempo los vecinos notaban la presencia de “personas de mal aspecto” como visitantes en la casa.
Diarios. Barrientos era padre de tres hijos. Dos de ellos llegaron ayer a la casa en busca de un cuaderno que usaba como diario.
“Papá todo lo escribía. Yo lo visité hace 15 días. Era una persona muy callada. No me comentó que tuviera problemas con alguien.
“Si algo le pasaba, debe estar ahí anotado”, comentó Viviana Barrientos, su hija.
La joven dijo desconocer si su padre era sujeto de amenazas de muerte.
“Papá era muy callado; una persona que vivía aislada. La verdad es que yo lo noté esa vez (el día de la visita) muy tranquilo, estaba normal”, agregó. El enfermo –padecía de un enfisema pulmonar– estuvo dos veces en prisión.
Al parecer, el homicida estuvo en el callejón la mañana del viernes. Ese día incluso llegó a la casa de la víctima. Los lugareños lo identificaron por su voz.