Agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) detuvieron ayer a un promotor de modelos de apellido Tabora, quien enfrenta unas 60 denuncias por estafa y dos abusos deshonestos.
Al sujeto lo aprehendieron en un café-internet de la avenida central de San José, pero no fue el único detenido.
Los investigadores también arrestaron a su asistente de apellido Liberman (20 años) en la agencia de modelos, a la entrada de Escazú.
Ahí decomisaron contratos, fotografías, discos compactos y tarjetas de crédito a nombre de algunos de los afectados.
Tabora, quien decía ser modelo y diseñador de modas, estuvo detenido por hechos similares –ofrecía a las personas contratos de modelaje a cambio de dinero– en noviembre del año pasado.
Tras recuperar su libertad, nuevas denuncias fueron interpuestas en la Policía Judicial.
Los detectives procedieron ayer con los arrestos y el allanamiento de la agencia.
La Policía Judicial estima que la posible estafa podría ser por varios millones de colones, aunque de momento no mencionó cifras. “Creemos que otras personas vendrán a denunciar” , dijo un oficial.
Créditos. Las últimas denuncias tienen un denominador común: las víctimas –mediante engaño o manipulación, según el OIJ– gestionaban préstamos entre ¢300.000 y ¢700.000. Ese dinero, según el ardid del sospechoso, se invertiría en los aspirantes a modelo.
A cambio, según los quejosos, participarían en al menos un anuncio publicitario, en pasarelas y en talleres de modelaje.
En uno de los casos, Tabora hizo que uno de los afectados acudiera a una exclusiva tienda de modas, donde se probó algunas prendas.
“Me dijo que después él iba a pasar por la ropa.
Por eso no me la llevé”, contó el muchacho (pidió mantener en reserva su nombre).
Los jóvenes accedieron a las propuestas con la promesa de que obtendrían grandes ganancias. “Me habló de contratos por $1.000; que por cada pasarela me pagarían $125, que no aceptara menos de eso”, agregó el afectado.
De acuerdo con los vecinos, el movimiento de jóvenes en la agencia era constante, pese a que el local no tiene ningún distintivo.
“Todos lo días llegaban modelos; muchachas muy bonitas que venían maquilladas. También venían varones”, contó un vecino.
Aparte de las presuntas estafas, dos muchachos denunciaron a Tabora por abusos deshonestos. Ellos sostienen que durante las audiciones hubo contactos físicos que atentaron contra la moral.
La asistente se encargaba de recoger el dinero y de contactar a los modelos para eventos –como comerciales o talleres– que al final se suspendían o se daban de forma improvisada.