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Puerto Viejo, Sarapiquí. La prueba de ADN en la que las autoridades cifraron sus esperanzas para desenmascarar al homicida de la niña Josebeth Retana Rojas no permitió identificar al sospechoso.
Voceros del Poder Judicial confirmaron ayer que los últimos análisis de ADN –practicados a un vello encontrado en el cuerpo de la escolar– no permitió determinar si un agricultor de apellido Salamanca, fue quien ultimó a la menor en Ticarís, Sarapiquí.
Explicaron que la muestra era tan pequeña que no dio suficiente material para comparar el ADN del vello con el de Salamanca.
Empero, la Fiscalía de Sarapiquí dijo que existen otras pruebas que servirán de sustento en caso de que decidan proceder en contra de algún sospechoso.
“Esa persona (Salamanca) es un sospechoso primario, pero científicamente no hay nada concreto en su contra”, explicó José Ramón Morales, abogado de la familia de Josebeth Retana.
Otros 10 sospechosos. Tras revisar el expediente, Morales confirmó que 10 personas más figuran en la lista de personas por investigar.
“El Ministerio Público aún no puede cerrar el caso, pues es posible hacer comparaciones con otros potenciales sospechosos”, dijo.
Ahora, la familia pretende convertirse en querellante para así poder solicitar, de forma directa a un juez, diligencias que –considera– podrían encaminar las pesquisas hacia el homicida.
“Soy optimista con el trabajo del OIJ y el Ministerio Público, pero consideramos que de no efectuar ciertas diligencias corremos el riesgo de que el crimen quede impune”, declaró Morales.
Decepción. El martes, Maribel Retana –la madre de Josebeth– acompañó a Morales a la Fiscalía para conocer las 253 páginas que conforman el expediente del caso.
Ella dijo sentirse preocupada por el avance de la investigación. “El tiempo pasa y el asesino de mi hija continúa en la calle”, señaló.
La niña desapareció el 5 de setiembre del 2005 cuando regresaba a su casa en Ticarís, Sarapiquí, Heredia. Seis días más tarde apareció muerta dentro de un saco, hundido en un río.
