Piedades Sur (San Ramón). La mañana del 5 de junio del 2001 fue muy diferente para Vicente Matamoros Araya.
Ese día, como muchos otros, inició su acostumbrado trabajo para cortar las ramas de algunos árboles de jinocuabe.
Sin embargo, el contacto con uno de los cables primarios del servicio eléctrico, que conduce 50.000 voltios, cambió sus planes.
“Cuando la rama cayó lo hizo sobre los alambres. Yo solamente sentí un jalonazo. Luego, aunque intentaba gritar, la voz no me salía, no podía soltarme y un calambre subía y bajaba en mi cuerpo”, relató este hombre, quien el 26 de octubre cumplirá 53 años.
La paralización de su cuerpo se unió a una alteración en su vista. Según narró, perdió la idea de cuánto tiempo estuvo “pegado” al cableado de alta tensión. Solo recuerda que el viento movió la rama y después de eso cayó a siete metros del sitio, en una cuneta de la calle principal.
Todo ocurrió a escasos 30 metros de su casa de habitación en San Miguel de Piedades Sur.
“Me llevaron al hospital con apenas unas vejigas en mis manos y en la ingle. Los médicos estaban sorprendidos que después de esa descarga hubiera sobrevivido”, manifestó.
Matamoros estuvo internado durante pocos días, pero debió esperar un mes a que sanaran las heridas del golpe eléctrico.
Pese a que recibió un fuerte impacto, Vicente no sufrió lesiones severas permanentes y por esa razón hoy puede trabajar en una granja avícola.