En los últimos 10 días el volcán Turrialba ha brindado un respiro debido a que desde el 18 de mayo no se registran erupciones de ceniza y la región ha estado con relativa calma.
Así lo confirmó la científica del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), María Martínez, quien indicó que la sismicidad ha bajado y la "pluma" de gases del volcán ahora es más blanca ya que es rica en vapor de agua, debido a los aguaceros fuertes que han caído en los últimos días.
Martínez dijo que el comportamiento del volcán ha sido de provocar erupciones luego de períodos de relativa calma, por lo que no se pueden descartar nuevas erupciones de ceniza. Otra posibilidad es que la actividad marque un cambio y entre en una fase de reposo.
La observación se mantiene de forma permanente y se revisa la sismicidad en la zona.
Agua acumulada. Una característica reciente es la formación de espejos de agua en el cráter y los alrededores. Martínez dijo que hay partes del coloso donde el suelo es mayoritariamente de arcilla, razón por la cual el agua no se filtra y se forman esa especie de charcos que con los días llegan a desaparecer.
"La ceniza se desposita en capas de varios centímetros e impermeabiliza el suelo en ciertos sectores", indicó.
El agua de lluvia también entra al conducto volcánico por el cráter y por filtraciones que se forman en el edificio volcánico, razón por la cual en los días lluviosos se ven vigorosas columnas de humo blanco.
Explicó que cuando el agua de lluvia llega a las rocas calientes y al magma, se evapora. Como el vapor ocupa más espacio que el agua en su estado líquido, surgen emanaciones fuertes por el cráter y otras fisuras.
Patrón sísmico asociado a erupciones. Las erupciones de ceniza de marzo y abril permitieron al sismólogo volcánico del Ovsicori, Javier Pacheco, encontrar un patrón regular y repetitivo en la amplitud de la señal sísmica lo que permitiría generar una alerta sobre nuevas erupciones, así como detectarlas cuando el tiempo esté nublado y la cámara fija en el volcán no las pueda registrar.
Otro cambio importante en el cráter tiene que ver con la composición y cantidad de los gases emanados. En marzo, abril y mayo de este año los flujos de dióxido de azufre han sido inferiores a las 1.000 toneladas por día, mientras que entre octubre y diciembre del 2014 los flujos de ese componente químico eran entre 2.000 y 5.000 toneladas por día, afirmó Martínez.
Los estudios geológicos realizados en las cercanías del volcán Turrialba, permiten a los expertos tener datos de lo ocurrido durante 6.000 años y con base en ellos se conoce el patrón de comportamiento.
Las trazas encontradas por los científicos dejan ver que la mayoría de las erupciones a lo largo de esos siglos han sido freáticas (vapor de agua, ceniza, piedras), sin salida del magma.
El principal cambio reciente en el volcán Turrialba lo marcó la erupción del 29 de octubre del 2014 a las 11 p. m. cuando surgió la mayor ruptura y se abrió el sistema que tímidamente se venía mostrando con erupciones de ceniza que desde el 2011 al 2013 se registraban una vez al año.