Pasaron 10 horas para que el conductor del auto que este domingo, al parecer, causó el mortal accidente en Curridabat, se entregara a la Policía.
Lo hizo dos horas después de que un informante anónimo llevó a la Fuerza Pública hasta una residencia, ubicada en la parte trasera de la academia de tenis Van der Laat, en San Juan de La Unión, Cartago. Allí, en la cochera, había un Ford Mustang de color negro, con daños visibles en el parabrisas y el búmper.
El dueño del carro, un hombre de apellidos Mora Monge, de 32 años, no opuso resistencia y se mostró anuente a colaborar con las autoridades, dijo Francisco Cordero, subjefe de la Fuerza Pública de San José.
El implicado sacó el vehículo hasta la calle y se sometió a la prueba de aliento, llamada alcoholemia, que salió negativa, confirmó el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
La casa de Mora está a solamente 500 metros del Walmart de Curridabat, donde a las 4:11 a. m. de este domingo, se presume, este hombre mató a tres ciclistas. Otra (una mujer) está grave en el Hospital Calderón Guardia y una quinta viajera que venía rezagada, salió ilesa.
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Duro golpe
En el sitio del accidente, los tres cuerpos se confundían con las evidencias. La escena se extendía a lo largo de 75 metros de largo y 16 de ancho. La Policía supone que el impacto ocurrió frente a la entrada que tiene el supermercado Walmart en la carretera vieja entre Curridabat y Tres Ríos.
El impacto fue violento. Una víctima pegó contra un mupi (Mobiliario Urbano para Información), ubicado a solo cinco metros, e hizo que el vidrio se quebrara. A 30 centímetros de ese rótulo (que anuncia una marca de té) quedó una zapatilla de las que usan los ciclistas. Igualmente, había un aro de bicicleta doblado al centro.
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En la acera estaba una caramañola (recipiente en que los ciclistas llevan bebidas) y un lente oscuro de anteojos. Al otro lado del mupi quedó el marco de una bicicleta, un casco y otros restos de las máquinas, que eran de reconocidas marcas e incluso cuentan con sistema de ubicación satelital (GPS).
“Creemos que sí llevaban los equipos de protección. Vea que una bicicleta todavía (eran 10:15 a. m.) tiene activada una luz intermitente (...), los cascos, sí los llevaban, pero quedaron por todo lado”, dijo Diego Herrera, de la Policía de Tránsito. El golpe del carro contra los ciclistas fue duro. Los pocos testigos que a las 4:11 a. m. estaban allí dijeron haber visto pasar algo oscuro y potente. Prueba de que no detuvo en el sitio es que no quedó señal alguna de frenado.