El servicio de emergencias aéreas recibió este sábado una alerta sobre la presunta caída "de un planeador blanco” en San Antonio de Escazú. La misma llamada ingresó al sistema 9-1-1, lo que activó el protocolo de emergencia para unidades de primera respuesta.
Las movilización de los cuerpos de rescate no se hizo esperar. Ambulancias y patrullas se dirigieron al sector. La primera unidad en llegar visualizó una avioneta en la zona montañosa e intentó ingresar, ya que se encontraba a una distancia considerable.
Al acercarse más al sitio, los oficiales de la Policía Municipal de Escazú y cruzrojistas constataron que, en realidad, se trataba de un dron de unos tres metros de largo que se había quedado en la copa de un árbol.
Enio Cubillo, director de Aviación Civil, dijo que tras recibir la alerta, se hizo un conteo de la aeronaves en servicio y se verificó que no había ningún aparato extraviado. “Espero que esto sirva como un llamado de atención a todos los ciudadanos que, en esta época quieren comprar o regalar un artefacto de estos, que deben hacer un uso responsable para evitar accidentes”, manifestó.
Restricciones. El 13 de agosto de este año, entraron a vigor las restricciones para volar drones dentro del territorio nacional. Todos los vuelos –sin ninguna distinción por tratarse de operaciones recreativas, comerciales o institucionales– deben realizarse fuera de aglomeraciones, a una altura no mayor de 120 metros sobre el terreno y a no menos de 8 kilómetros de distancia de un aeropuerto.
Además, las aeronaves que pesan más de 25 kilogramos deben contar con aeronavegabilidad (certificado para operar) y se les asigna una matrícula TI (Tango India, identificador de Costa Rica).
Todas aquellas personas, empresas e instituciones que utilizan drones para lucrar deben de certificarse con Aviación Civil y realizar un registro al que tienen 6 meses (a partir del 13 de agosto) para solicitar certificación.