Emilio Ramos, papá de la copiloto fallecida tras la caída de un avión el 31 de diciembre, en Guanacaste, comandaba un avión desde Chile hacia Costa Rica cuando recibió la lamentable noticia.
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La información la confirmó Elsie Vargas, abuela paterna de Emma Ramos Calderón, de 26 años, quien en el 2014 se graduó como ingeniera en Producción Industrial en el Instituto Tecnológico de Costa Rica y tiempo después decidió estudiar aviación para seguir los pasos de su padre.
"¿Usted se puede imaginar qué es recibir semejante noticia? Es para volverse loco. Mi hijo no sabía ni qué hacer. La angustia que tenía era tremenda y no es para menos", indicó Vargas en entrevista con La Nación.
La abuela contó que el piloto supo del suceso poco después de ocurrido (12:20 p. m. del domingo), pero no precisó la hora. Emilio Ramos prefirió no conversar con este medio.
"Él ahorita está vuelto loco. Es una situación que se le sale de las manos a cualquiera, es muy doloroso".
Mientras, la mamá de la copiloto se enteró cuando estaba de visita en la casa de su madre, en San José, según agregó Vargas.
"A nosotros (ella y su esposo, Antonio Ramos) nos contó de lo que ocurrió una amistad que tenemos en Bomberos. Cuando supimos, la llamamos a ella para contarle; se destrozó", narró.
El accidente donde falleció Emma Ramos junto a otras 11 personas ocurrió en un sector montañoso cerca de Nandayure, Guanacaste. Nueve de los fallecidos eran miembros de dos familias de Nueva York y Florida.
También perdió la vida, una guía turística originaria de Wisconsin.
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‘Su mayor sueño era seguir los pasos de su papá’
Elsie Vargas, de 75 años, aún no cree lo que está pasando. Para ella, su nieta Emma regresará pronto y "me dirá que todo fue mentira, que ella está viva".
"La forma en cómo murió, la edad a la que murió... Nos tiene golpeados. Nos tiene destrozados. Nuestra vida cambió para siempre, ya no somos los mismos", dijo.
Lo que más le duele a la abuela paterna es que Emma era muy apegada con ella.
"Como ellos viven en una casa detrás de la de nosotros (en San Jerónimo de Moravia, en San José), mi chiquita venía casi siempre a saludarme. Para ella, todo era yo. Le gustaba mucho como le cocinaba y siempre venía feliz a contarme todo lo que le pasaba", apuntó.
De hecho, relató que hace unas semanas atrás la joven le dijo que su "mayor sueño" era seguir los pasos de su papá. “Por ejemplo, ella vino a contarme que su sueño era ser piloto de Avianca, tal como lo era su papá”, agregó.
Para cumplir esa meta, detalló la abuela, Emma dejó de lado su carrera como ingeniera en Producción Industrial para estudiar Aviación.
"Ella trabajaba en Grupo Q y era jefa del taller. Era muy buena en lo que hacía. Pero hace como tres años lo dejó y empezó con lo de los aviones.
"Desde pequeña vio a su papá en eso y le gustó. Ella era feliz volando", aseguró.
Después de hacer las horas vuelo necesarias para graduarse, consiguió trabajo en Nature Air. Allí laboraba desde hace un mes, apuntó la abuela.
Por eso, para Elsie Vargas la noticia es muy difícil de asimilar, porque "a ella le faltaban muchas cosas por hacer".
"Ella (Emma) era muy joven, emprendedora, luchadora como para que este accidente nos la arrebatara sin importar nada más", concluyó.
A la copiloto Ramos le sobrevive su hermano mayor, Jorge Emilio, quien el 21 de este mes cumplirá 29 años y quien no está ligado a la aviación.