La Policía de Fronteras de Sarapiquí, Heredia, detuvo antenoche a dos cazadores de una hembra de tepezcuintle preñada.
Gracias a la información suministrada por un ciudadano, los oficiales capturaron a los sospechosos. A ellos les decomisaron dos armas de fuego, el animal muerto y las dos motocicletas en las que se movilizaban.
El jefe de la delegación de Sarapiquí, Freddy Santamaría, detalló que hacia las 9 p. m. un vecino de La Esperanza de Puerto Viejo, Sarapiquí, escuchó algunos disparos en una zona montañosa, y dio aviso a las autoridades.
A raíz de lo anterior, los oficiales de la Policía de Fronteras organizaron un patrullaje por el sitio, que resultó en la detención de los sujetos. A ellos les decomisaron las motos, un rifle tipo bala U, calibre 22, una carabina calibre 22 con dos proyectiles, una caja con 30 balas de igual calibre y un cuchillo.
Santamaría agregó que ambos detenidos fueron puestos a la orden de la Fiscalía de Sarapiquí para ser procesados penalmente.
La carne del animal fue desechada por parte de los oficiales de la Policía de Fronteras, quienes cavaron un hoyo para enterrar al animal silvestre.
Precisamente, el martes en la noche los diputados aprobaron en primer debate el plan de ley que prohíbe la cacería deportiva.
La normativa establece multas de hasta ¢1,5 millones para quienes maten animales sin que sea por subsistencia, con fines científicos o para controlar especies.
El proyecto tuvo la oposición de cinco diputados, pero 177.000 firmas de ciudadanos lo apoyaban; la mayoría fueron recogidas por simpatizantes de la organización ambientalista Apreflofas.