¿Podría el país convertirse en una especie de Lejano Oeste?
No creo, pero lo que realmente se necesita es más prevención. El hecho de estar metiendo y sacando patrullas no sirve.
¿Cómo se frenaría esa escalada de violencia?
Prohibiendo las armas. Muchas de las armas que usan son lícitas o se las robaron. Si se elimina ese montón de armas, por supuesto, habrá más seguridad.
¿Cuántos crímenes actuales son de la delincuencia común?
Uno podría decir que un 60% es de criminalidad organizada y un 40% de la común, donde el victimario y la víctima se conocían.
¿Eso es un cambio histórico?
Definitivo. Desde el momento en que empezamos a hablar de sicarios, estamos hablando de otro tipo de homicidios. Costa Rica es apta para el trasiego de droga y el lavado de dinero. Las organizaciones se desplazaron. Usted ve mexicanos y colombianos interactuando con los ticos. Eso cambió la situación.