Un ciudadano colombiano y su empleada doméstica fueron asesinados, a balazos, en una vivienda en residencial Bosques de Doña Rosa, en Cariari de Belén, Heredia.
El hallazgo de los cuerpos tuvo lugar ayer a la 1:20 p. m. cuando la esposa del hombre llegó a la casa pues se encontraba de viaje fuera del país.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) identificó a los fallecidos como Gilson Ardey Meza Mejía, de 31 años, y a la empleada doméstica como María Adriana Córdoba Pulido, de 42 años.
Las autoridades se negaron a suministrar información sobre la actividad que tenía Meza en el país y desde cuándo permanecía en suelo nacional.
Alerta. Francisco Morales, jefe de la Fuerza Pública de Heredia, dijo que la alerta sobre el homicidio la recibieron por medio del sistema de emergencia 9-1-1.
“El reporte preliminar que se nos suministró fue que cuando la esposa del hombre llegó a la casa, abrió la puerta de manera normal, sin observar signos de violencia, pero, poco después, al ir a uno de los aposentos, encontró sin vida a su esposo, y en otro a la empleada doméstica. Ella venía de Colombia”, manifestó el jefe policial.
Tanto el OIJ como Morales dijeron que dentro de la vivienda no se notaba desorden ni señales de que hubieran registrado gavetas o que violentaran puertas.
La Policía Judicial informó de que Meza fue visto la última vez el viernes pasado.
José Amador Cascante, oficial de la Fuerza Pública que estuvo en el lugar, dijo que las víctimas se encontraban tiradas en el piso. La mujer estaba en el aposento principal. Tenía un balazo en la cabeza. El hombre permanecía en otra habitación más pequeña, que aparentaba ser una bodega.
Presuntamente, el cuerpo tenía varios impactos de bala. Las autoridades comunicaron que ambos cadáveres tenían signos de descomposición.
Agentes del OIJ se encargaron del levantamiento de los cuerpos, los cuales fueron llevados a la Medicatura Forense en San Joaquín de Flores, Heredia, para que les hagan la autopsia.
La residencia donde ocurrió este doble homicidio tiene dos plantas y se encuentra en una zona donde el acceso generalmente es restringido. Empero, los encargados de seguridad dijeron a la Fuerza Pública que no notaron nada anormal.
Por su parte, los vecinos dijeron que no escucharon ruidos ni observaron algo diferente que les llamara la atención.