Una disputa por la apropiación de los huevos de tortuga fue la que generó el asesinato de Jairo Mora Sandoval, el 31 de mayo pasado en playa Moín, Limón.
Tanto Francisco Segura, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), como Jorge Chavarría, fiscal general de la República, aunque dijeron que el móvil del asesinato fue el asalto, admitieron que la protección de los nidos de tortuga finalmente ocasionó el homicidio.
Precisamente, ayer miércoles, al cumplirse dos meses del crimen, las autoridades detuvieron a seis hombres vecinos de Limón como sospechosos del asesinato, y a dos mujeres por tener objetos robados tanto a Mora como a víctimas en otro hecho perpetrado el 18 de mayo, también en playa Moín. En ese caso violaron a una mujer.
Los presos son de apellidos Salmón, de 28 años; Aráuz, de 38; Cash, de 27; Delgado, de 19; Centeno, de 24, y Quesada, de 19. Las mujeres son Chavarría, de 27, y Delgado, de 23.
Hechos. Francisco Segura explicó que el crimen fue el desenlace de una antigua pugna entre organizaciones protectoras de las tortugas y los ladrones de huevos.
Detalló que una ONG (que no identificó) pagó a 10 vecinos de Moín $300 a cada uno para que llevaran hasta un albergue los huevos que recogían en la playa.
Agregó que la organización “hizo un pacto” con otros hueveros, en el sentido de que el primero que llegara a un nido era el dueño.
Dijo que los hueveros adquirieron un microbús para distribuir gente en la playa, por lo cual siempre llegaban primero a los nidos.
Debido a esa desventaja, Segura dijo que Jairo Mora, colaborador de la ONG, cuestionó el pacto y se hizo acompañar de la Fuerza Pública para señalar que la actividad que realizaban los hueveros era ilícita.
El jefe del OIJ dijo que el 31 de mayo, cuando los seis individuos sorprendieron a cuatro mujeres y a un hombre en playa Moín para asaltarlos, descubrieron que el sujeto era Jairo Mora, a quien señalaron como el “metiche”.
Las mujeres fueron llevadas hasta una casa abandonada para robar sus bienes, mientras a Mora lo golpearon y asfixiaron al meter su cara en la arena. Una vez muerto, lo golpearon con un palo o piedra en la parte trasera de la cabeza.
Segura dijo que para inculpar a los presos tienen intervenciones telefónicas, relatos de testigos y objetos robados a las víctimas, recuperados ayer en seis allanamientos.
Descargo. Vanessa Lizano Morice, fundadora de la organización Costa Rica Wildlife Sanctuary’s, dijo que en el 2012 tomó la decisión de contratar a 10 hueveros de Moín, para “darles un trabajo digno y que dejaran el hueveo”.
“En ningún momento manipulaban los huevos. La labor de ellos era ayudar en la recolección de datos. Nosotros llevábamos los huevos al vivero. El programa se cerró el 15 de abril del 2012, cuando un grupo armado robó los huevos de 19 nidos que teníamos guardados”. Advirtió que ninguno de los detenidos trabajó para su organización.
Lizano negó la firma de algún pacto; dijo que en el país desde 1950 “hay una ley de playa según la cual quien primero llega a la tortuga se deja el nido. Yo como conservacionista no tengo autoridad para quitarle los huevos a un huevero”.