El asesinato la noche el martes en barrio Veracruz, en Higuito de Desamparados, de un hijo de Marco Antonio Zamora Solorzano, alias el Indio, un narcotraficante que descuenta 70 años de prisión en La Reforma, desató una ola de amenazas tanto verbales como escritas.
Los primeros en reaccionar fueron familiares muy cercanos del fallecido, quienes la misma noche del crimen gritaron "esta muerte no se va a quedar así, (...) pagarán".
Poco después del suceso, desconocidos pintaron una leyenda con advertencias en un muro de la vivienda en la que habitaba El Indio, la cual se ubica en Dos Cercas de Desamparados, a unos 10 kilómetros del sitio del homicidio.
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Ambos hechos fueron confirmados por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y la Fuerza Pública. Incluso circularon fotos de la amenaza pintada en la casa del Indio.
Álvaro González, jefe de la sección de Homicidios del OIJ, dijo que la hipotesis inicial es que la muerte de Shamir Antonio Zamora Campos, de 20 años, se debió "a un ajuste de cuentas".
Precisó que ahora los investigadores deben determinar "si ese ajuste de cuentas es por alguna disputa por controlar alguna plaza para la venta de drogas, o por venganza de algún familiar".
González no descartó que este hecho genere una reacción que derive en otros homicidios. "Esa es una posibilidad que manejamos (...) no es secreto que al ser hijo del señor Zamora, sí tenemos que prever situaciones como esas", dijo.
Las autoridades se mostraron cautas respecto a explicar entre quienes es la disputa. Sin embargo, desde hace varios años los agentes admitieron que existe una fuerte disputa para controlar el mercado de venta de drogas al este, sur y oeste de San José.
La disputa la tienen las bandas del Indio, la de Luis Ángel Martínez Fajardo, alias Pollo (preso en Nicaragua, donde descuenta 30 años de cárcel) y otro líder conocido como el Gringo, que la policía sabe que opera principalmente en algunos sectores de Pavas, San José.
Único objetivo
En relación al crimen de Shamir Antonio Zamora, cometido dentro de un pequeño parque infantil en Veracruz, la Policía Judicial informó de que lo perpetró un solo individuo con el rostro cubierto por un pasamontañas.
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El individuo se encontraba escondido detrás de un muro de cemento y disparó contra Zamora cuando este se encontraba sentado en una hamaca. A su lado había dos amigos que salieron ilesos.
Zamora presentaba nueve impactos en diferentes partes del cuerpo y murió de forma inmediata.
Una persona muy amiga de Shamir y que habló con La Nación con la condición de que no se mencionara su nombre, dijo que la víctima visitaba con mucha frecuencia Veracruz, pues en ese lugar habita su novia, quien el pasado 13 de enero dió a luz a una hija de Shamir.
Según la testigo, Zamora permaneció todo el día martes en la casa de su novia, y que el hombre salía muy pocas veces.
Añadió que el muchacho no vivía en Veracruz, sino en la casa de su madre, en Dos Cercas.
Vecinos de Veracruz dijeron que la balacera ocurrió el martes a las 8:28 p. m. pero que, debido a la oscuridad, ninguna persona se percató de que Zamora se encontraba herido en el parque infantil.
Fue hasta las 10:05 p. m. que un grupo de personas, quienes trataban de determinar qué había pasado con Shamir, descubrieron el cuerpo del joven. Estaba al lado de una malla.
El sospechoso de cometer el delito huyó a pie unos 200 metros por una calle muy oscura y luego se metió a un cafetal que conecta con la comunidad de Huaso, en San Rafael Arriba de Desamparados.
Agentes judiciales localizaron en el sitio del crimen tres casquillos de una pistola.