La Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) entregó una medalla de honor a los compañeros de Jeiner Gómez Guzmán, el agente del Organismo de Investigación Judicial asesinado el pasado 4 de octubre en Tirrases de Curridabat, mientras realizaba labores de vigilancia previas a un allanamiento.
Se trata de una distinción que fue enviada directamente desde la sede central de Interpol en Lyon, Francia. La oficina de prensa de la Policía Judicial confirmó que este reconocimiento fue concedido tras conocerse la trágica muerte de Gómez, destacado miembro de la sección de Interpol en Costa Rica.
La entrega de la medalla se realizó hace unos días, aprovechando la presencia de varios delegados de Interpol en el país, durante la Operación Turquesa V, en la que se realizaron numerosas detenciones (250 en total).
Este homenaje, según indican los colegas de Jeiner, es tradicionalmente concedido a aquellos oficiales que resultaron heridos o perdieron la vida en el cumplimiento de su deber.
La lamentable partida de este agente tuvo lugar a principios de octubre, cuando Gómez trabajaba en una vigilancia encubierta en Tirrases. En determinado momento, dos sujetos en moto, incluido un menor de edad, se acercaron al vehículo en el que estaba el agente y le dispararon.
Aunque Gómez andaba chaleco de seguridad, murió producto de las lesiones recibidas. Los dos sospechosos fueron detenidos la misma noche, pues no pudieron escapar de una persecución en la que participaron también agentes de la Policía Administrativa.
Uno de ellos tiene 21 años, de apellidos Chavarría Cascante, y otro de 17 años, se mantienen con medidas cautelares en prisión, mientras la investigación en torno al homicidio continúa.
Tras la dolorosa muerte, numerosos mensajes de condolencias provenientes de policías de diversas partes del mundo fueron recibidos a través de la mensajería interna de Interpol (I24/7), una red que conecta a los organismos encargados de hacer cumplir la ley de todos los países miembros, permitiendo un intercambio de información confidencial y urgente entre autoridades policiales.
“Quiero mano dura”
En la gala conmemorativa de los 50 años del OIJ, Felicia Guzmán, madre de Jeiner, también fue honrada con un reconocimiento en memoria de su hijo y en agradecimiento por su servicio ejemplar.
Esta madre quien aún con lágrimas llora la partida de su hijo, conversó con este medio y señaló que espera que exista una “mano dura” por el crimen que acabó con la vida de su sexto y último hijo.
“No es como dicen muchos, que ‘es que se están matando entre ellos’, el que dice eso es porque no le han matado un hijo o a un familiar, pero si el que dice eso le pasa lo que le pasó a mi hijo, me gustaría ver si sigue pensando eso”, señaló con molestia la madre del agente.
Esta madre tiene la esperanza de que la violencia y los homicidios en Costa Rica puedan bajar, no obstante, hace un llamado a las autoridades a que mejoren las condiciones de los policías en este país.
“Le tienen que dar más recursos al OIJ y todas las policías para que trabajen, porque ellos no tienen las herramientas que tienen que tener”, manifestó doña Felicia.
Este miércoles, dos meses después, acudió al cementerio, para dejarle un arreglo floral que le dieron los compañeros en la entrega del reconocimiento.
“Vengo de dejárselo al cementerio y yo le dije ‘aquí vengo mi amorcito, para que usted comparta con su papá el arreglito que me dieron’, porque hoy exactamente (el papá) está cumpliendo 26 años mi marido de fallecido”, acotó esta madre doliente.
Ella asegura, que se siente muy orgullosa de quien fue su hijo y sus hermanos a quienes ella asegura que crió como “personas de bien”.
Recuerdos del último día
Doña Felicia aún recuerda el día que su hijo falleció a manos de dos pistoleros. Ese día, Jeiner no debía ir a trabajar; sin embargo, él se ofreció para realizar la vigilancia policial.
“Yo le dije que por qué tenía que trabajar, entonces le alisté el termito de café y un sanguche, entonces se lo comió aquí en mi casa. Ellos son muchachos sin vicios, el único vicio de ellos es la comida (entre risas) ¡eso sí son buenos para comer!, mencionó.
Entre los recuerdos más difíciles de esta mamá es el momento en que le tocó ver a su hijo en la Morgue Judicial para alistarlo y darle un último adiós. Señala que las heridas de la autopsia son “una imagen que tiene marcada”.