Con la detención de varios líderes de bandas narcos en los últimos años, la Policía presumió que la violencia iba a mermar. Pero eso no sucedió.
Pese a la captura de personas como Marco Zamora Solórzano, conocido como el Indio y quien era el cabecilla de un grupo que dominaba los barrios del sur de San José, el mercado de la droga sigue funcionando y seduciendo a una nueva generación de narcos del país.
Según las autoridades, los grupos extranjeros buscan a los costarricenses para que les ayuden a trasegar la mercancía por el territorio y, si no están las agrupaciones que antes les ayudaban, contactan a nuevas personas.
A cambio, los narcos emergentes reciben cocaína o marihuana, en lugar de dinero en efectivo y, ahí, es en donde comienza el problema, indicó la Policía.
Al ver la supuesta rentabilidad del negocio ilícito, los novatos buscan no solo conformar un grupo, sino que luchan a sangre fría contra otras organizaciones más consolidadas (tienen entre dos y tres años de funcionar), para ingresar su droga en el mercado.
Esa situación es la que actualmente se vive en Alajuelita y Aserrí, en donde en los últimos días se han dado homicidios y la Policía ha decomisado fusiles.
Otro ejemplo de esta guerra, atizada por narcos emergentes, es lo que ocurrió en Limón hace unas semanas, cuando dos bandas supuestamente lideradas por Dinier Estrada Jiménez, conocido como Ojos Bellos, y Keylor Cole Kelly, alias Gato Cole, comenzaron a disputarse territorio.
Hasta la mañana del miércoles pasado, se habían dado 465 crímenes, es decir, 16 asesinatos menos que en el mismo periodo del año anterior, cuando la cifra alcanzaba los 481 muertos, según datos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Cocaína y poder. Michael Soto, subdirector interino del OIJ, comentó que desde hace tres años aproximadamente, es que las bandas emergentes vienen disputando territorio, sobre todo en la zona sur de la capital.
“Se han dado una serie de asesinatos por enfrentamientos entre grupos, por una fuerte pelea que se tienen por el manejo del narcomenudeo en las zonas”, detalló Soto.
Por su parte, Mariano Figueres, director de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS), aseguró en una visita realizada a San Carlos que las nuevas organizaciones costarricenses están adquiriendo cocaína, principalmente.
“Las bandas están enfrentándose con gran violencia y lo demuestra el hecho de que un alto porcentaje de los homicidios de este año”, explicó Figueres, quien agregó que es preocupante el armamento que tienen estas organizaciones.
Eso se comprueba en el detalle de decomisos brindado por el Ministerio de Seguridad Pública (MSP). En los primeros diez meses de este año, la Policía incautó poco más de 16 toneladas de cocaína, mientras que en ese mismo periodo del 2015, decomisó solamente cinco toneladas de marihuana. Colaboró Gustavo Fallas