Especialistas de la Red Sismológica Nacional (RSN) detectaron una alta sismicidad superficial en el volcán Turrialba y estiman que se debe a la presión de gases y líquidos que se mueven dentro del coloso.
El vulcanólogo Mauricio Mora detalló que esa condición se mantiene desde la noche del viernes, cuando el volcán registró sus últimas emanaciones, las cuales fueron muy fuertes ese día y el anterior.
“Eso refleja básicamente que hay un sistema de presiones que, en cualquier momento, eventualmente podría generar explosiones. Vamos a ver cuánto nos va a durar esta condición”, dijo el experto.
La sismicidad en el Turrialba no es sentida por las personas, pero es detectada por los equipos de medición instalados en diversos sitios del volcán.
Mora resaltó que la actividad sísmica se origina a una profundidad de un kilómetro, lo cual la hace muy superficial.
El volcán Turrialba entró en actividad el pasado jueves, cuando hizo tres erupciones de cenizas, las cuales fueron arrastradas por el viento, afectando a buena parte del Valle Central.
El viernes también hubo emanaciones, pero cesaron el sábado. Paralelamente disminuyó la salida de gases. Ayer estuvo muy nublado por el cráter, lo que les impidió a los vulcanólogos hacer una mejor observación.
Otros riesgos. La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) informó de que se están tomando medidas para evitar posible deslaves cuando se inicie la época lluviosa. Lo anterior, porque se ha observado gran acumulación de ceniza, árboles secos y otros materiales cerca de ríos.
El sitio de más riesgo es la quebrada Paredes, pero la CNE aseguró que, por el momento, no hay peligro para ninguna comunidad cercana, pues ese arroyo es un afluente del río Toro Amarillo, el cual discurre hacia el mar Caribe, pasando cerca de Guápiles.
A pesar de la calma aparente del coloso, las autoridades de Educación decidieron que cuatro escuelas de la zona seguirán cerradas hasta nuevo aviso.