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Karen Torres y su hijo David encontraron refugio en el Liceo de Santa Cruz, en Guancaste. En ese cantón hay varios albergues para los damnificados por el paso de la tormenta Nate. (Alonso Tenorio)
En Llano Grande, la tormenta arrebató varias vidas con el lodo que bajo de la montaña. En Ciudad Cortés, dejó a decenas de familias sin lo poco que tenían.
En Cartago, se llevó ganado, casas y cosechas.
El paso de Nate por territorio costarricense deja una huella profunda que no impide a miles de damnificados comenzar a andar de nuevo, a la que no escaparon los habitantes del Valle Central.
En esta región del país, pobladores de Aserrí, Alajuelita o Desamparados, también padecieron los embates de vientos y lluvia.
LEA: Tormenta Nate deja seis muertos, 377.000 personas sin agua, 5.000 en albergues y 18 vías cerradas.
Según los últimos datos oficiales, hay 5.000 afectados en 80 albergues en Guanacaste, zona sur, Valle Central y Pacífico central. Otras 377.000 personas están sin agua en todo el país y 18 vías permanecen cerradas.
Estos son algunos de los rostros de esa emergencia.
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Pocas horas antes, el río Reventazón les había arrebatado su casa. Pero la sonrisa en estas niñas no se apaga. Vecinas del Tejar del Guarco, en Cartago, permanecen en un albergue del barrio San Francisco. Ahí, unas 15 viviendas fueron evacuadas debido a los daños que les causó la crecida del Reventazón. (Albert Marín)
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Decenas de vecinos de Poás de Aserrí, al sur de San José, permanecen sin servicio de agua potable. Un camión cisterna los abastece. (Graciela Solís)
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Miguel Brenes, de 89 años, tuvo que ser sacado en hombros pues su casa, en San José de la Montaña, en Poás de Aserrí, estaba a punto de ser arrastrada por las aguas. Él vive en calle Las Minas. Rescatistas de la Cruz Roja ayudaron a evacuar a Brenes y a sus vecinos. (Graciela Solís)
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Cuerpos de socorro trabajaron incansablemente en todo el país. En la foto, en la atención de los afectados por las inundaciones en Guanacaste. (Presidencia para GN)
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A pesar de cargar el dolor por la pérdida de dos familiares sepultados por un alud, estas personas trabajaron para rescatar las pocas pertenencias de los fallecidos que quedaron atrapadas en el barro. La tragedia se dio en Llano Grande de Cartago. (Albert Marín)
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Harley Campos rescató a Beby de las aguas. Casi todo el centro de Santa Cruz, en Guanacaste, quedó bajo las aguas. Esta foto se tomó en el barrio Limón. (Alonso Tenorio )
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Cualquier espacio libre de agua resultó propicio para escapar de las inundaciones, incluidas las aceras. Este vecino de Santa Cruz, en Guanacaste, escogió uno de los rincones más secos para tomar un respiro en medio de la emergencia. (Alonso Tenorio)
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Freddy Alvarez Aden mira con un dejo de resignación las secuelas de la llena, en Santa Cruz de Guancaste. En su pueblo, el comité de emergencia abrió varios albergues para los damnificados. (Alonso Tenorio )
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Maribel Reyes sonríe a pesar de que perdió su casa, en Tejar del Guarco, Cartago. Su vivienda está en el grupo de 15 dañadas severamente por la crecida del río Reventazón. Están inhabitables. Ella descansa ahora con su familia en el albergue del barrio San Francisco. (Albert Marín)
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Erlin Pérez Leiva fue rescatado por sus vecinos tras ser arrastrado por un alud, en Llano Grande de Cartago. El lodo que cayó sobre una vivienda sepultó a tres personas. Dos fallecieron. Erlin sobrevivió. (Albert Marín)