Corralillo (Cartago). “Priscila, Priscila, Priscila ...auxilio es que se me quemó mi casita, con todo y mi hija. Seguro la perdí, se me quemó en la casa. No la veo. No viene conmigo...”.
Muy angustiada y con tres hijos en sus brazos (uno de 6 meses y otros de tres y cinco años), Sandra María Segura Monestel, de 31 años, anunció así la tragedia a su vecina más cercana, Priscila Céspedes Calderón.
Ella temía que su hija Katherine Fabiola Segura Monestel, de 7 años, no hubiese podido salir de la casa. La menor fue la única víctima del incendio ocurrido el miércoles, en Corralillo de Cartago.
Sandra María Segura también ayudó a sus otros dos hijos, de ocho y 10 años, a salir de la casa.
“Yo venía con todos para afuera. Ella venía detrás mío, pero cuando salí, no la vi. Ella se me perdió entre las llamas” , le dijo a la vecina, cuyo esposo Olman Hernández Céspedes, al escuchar el relato, corrió hasta la vivienda de Sandra.
“Era una antorcha. No se podía uno ni arrimar. Yo llamé a la chiquita, pero no respondió. No había nada que hacer”, narró Olman Hernández.
Hecho. El miércoles, un incendio consumió la casa de Sandra Segura, una construcción de latas de cinc y madera vieja, la cual estaba en una ladera de un cafetal, a unos 75 metros de la calle.
Investigadores de incendios del Cuerpo de Bomberos determinaron que el fuego lo originó un daño eléctrico en la parte de atrás de la refrigeradora, la cual estaba en la entrada al único cuarto de la casa, que medía 33 m².
Los vecinos Olman Hernández y Priscila Céspedes confirmaron que hace dos meses se robaron de la calle el medidor y el interruptor de la electricidad de la casa de Sandra Segura, por lo que le dejaron la luz directa.
“Ella les dijo a los empleados de la empresa eléctrica que se la dejaran así porque no tenía dinero para el arreglo” , dijo Céspedes.
Sandra Segura es madre soltera y tiene seis hijos. Ella los mantiene mediante rifas y ayudas de vecinos. La noche del miércoles, cuando se produjo el incendio, la familia dormía en el único cuarto.
Ella le contó a Priscila Céspedes, que cuando vio fueron “unos llamarones” y despertó a sus hijos. “Me dijo que tomó en brazos a los dos más pequeños (6 meses y 3 años), pero vio que no venía el de 5 años. Se devolvió y lo sacó. Ella me dijo que los otros (uno de 8 y otra de 10) salieron antes y que Katherine Fabiola (7) venía detrás de ella.
“Cuando ella llegó aquí venía toda quemada en la espalda y los brazos, y el chiquito de 5, también tenía quemaduras. A ellos se los llevaron para el hospital”, dijo Céspedes.
En el incendio la familia perdió todo (muebles, ropa y electrodomésticos). Los vecinos de Corralillo piden ayuda, que se pueden dar mediante el teléfono 2548-0768.