
Varias explosiones pequeñas, que se han observado en las últimas horas en el volcán Turrialba, registran la caída de rocas de hasta un metro en los alrededores del cráter.
Así lo confirmó el vulcanólogo Javier Pacheco, de Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), quien informó de que se producen entre cuatro y cinco explosiones por hora.
Esa actividad también levanta columnas de ceniza, gas y aerosoles, hasta alturas que superan los 500 metros sobre el cráter activo, pero el viento débil hacia el noroeste hace que la mayoría caiga cerca del coloso y la ceniza más fina va a dar al Parque Nacional Braulio Carrillo.
Los balísticos o rocas sobrepasan los 200 metros de altura desde el cráter activo, pero caen a escasos 100 metros de distancia, principalmente hacia el cráter central del macizo.
Las erupciones se producen entre cortos intervalos de tremor moderado, asociados a la salida pasiva de ceniza y gases.
Este sábado, se percibe olor a azufre en Juan Viñas (Jiménez de Cartago), pero no hay reportes de caída de cenizas en ningún poblado cercano.
Las erupciones actuales duran poco menos de un minuto, por lo que se trata de eventos discretos.
Pacheco afirmó que el tremor volcánico de fondo que caracterizó la actividad de la semana pasada ya desapareció para dar lugar a las explosiones, todo dentro de la actividad normal de un volcán activo.
Poás sin erupciones
En cuanto al volcán Poás, afirmó que la actividad es normal y, desde hace más de un mes (22 de abril), no se registran erupciones.
Lo que sí es constante es la desgasificación, con una pluma compuesta de vapor de agua y gases magmáticos.
La pluma se dispersa a ras del suelo hacia el oeste y noroeste del cráter.
Los pobladores de sectores como Tambor, Sabanilla, Grecia y Naranjo de Alajuela han reportado fuerte olor a azufre, pero hasta el momento no hay reportes de caída de ceniza.