La presión provocada por una "bolsa de lava" –que se presume viene en ascenso– generó cambios repentinos en el comportamiento del volcán Poás, los cuales se aceleraron en las últimas semanas.
La escalada de manifestaciones empezó el 1.° de abril, cuando varios turistas grabaron una explosión freática (compuesta por gas, vapor y partículas) en el domo, que tenía más de un año de mantenerse sin desgasificación y con baja temperatura.
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Cuatro días después, expertos del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), comunicaron un nuevo hallazgo: un levantamiento vertical de un 1 cm en el cráter y un ensanchamiento de 3 mm hacia los lados. Esto ocurrió entre enero y marzo en dos sitios ubicados al sur y al norte, separados entre sí por 1.570 metros.
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Además, dieron a conocer que del 28 de marzo al 4 de abril la emanación de gases pasó de un promedio de 19 toneladas por día, a 180 toneladas diarias. El 75% de esas emanaciones las hizo desde el lago caliente (al fondo del cráter) y el 25% restante por el domo o cúpula de lava.
Simultáneamente, en menos de ocho días, la temperatura del lago pasó de 35 a 40 °C y el color que se había mantenido verde lechoso se transformó en gris lechoso.
Por último, un "pequeño sismo" que ocurrió a las 7:23 p. m. del pasado 6 de abril fue el aviso de la apertura de una nueva fumarola, ubicada 200 metros al sur del domo.
Un día después, esta fumarola sorprendió a guardaparques y visitantes, pues por la apertura salió mucha agua, que alcanzó hasta 10 metros de alto y que formó un río que corrió por el playón unos 300 metros hasta desembocar en el lago. El agua sale a una temperatura de 90 °C.
Sin embargo, las primeras manifestaciones empezaron desde enero, con un incremento en los sismos causados por el movimiento de líquidos y de magma a lo interno de la estructura volcánica. Por ejemplo, en los llamados sismos de baja frecuencia que si acaso eran 12 en un día, ahora se contabilizan 200 eventos diarios, comunicó el Ovsicori.
Explicación.
Para el Observatorio, todos estos hechos sugieren que una parte de la bolsa de magma, que se encuentra entre 500 metros y un kilómetro de profundidad, está presionando hacia la cúspide para salir.
Según sus especialistas, además de los cambios observados hasta el momento, se podría generar un calentamiento del domo, mayor actividad fumarólica y la ocurrencia súbita de erupciones freáticas.
María Martínez Cruz, del Ovsicori, dijo: lo que está ocurriendo desde principios de enero es que hay un volumen de magma fresco, empujando desde la profundidad hacia niveles mas superficiales. Ese magma proviene de una cámara magmatica que desconocemos su tamaño (...) lo alrededores de esa cámara magmática son sólidos pero quebradizos y si el magma empuja, los fractura, entonces el magma puede subir a traves de las fracturas en formas de dedos de magma" (como una mano).
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Agregó que el magma que viene a temperaturas muy altas llega al sistema hidrotermal del volcán y evapora el agua (que al convertirse en gas aumenta el volumen mil veces) y sale a la superficie en forma líquida, con gases y rocas que viene desprendiendo en el camino. "Estas se llaman erupciones freáticas", dijo.
Consultada sobre la posibilidad de que el magma llegue a la superficie, contestó que es un escenario posible. "Entre 1953 y 1955 el Poás tuvo erupciones freato magmáticas, ahí fue que el magma interactuó con el sistema hidrotermal de la cual salieron fragmentos de lava (...), inclusive hubo coladas de lava, esa lava salió a la superficie y formó lo que conocemos como el domo", explicó.
El vulcanólogo Gino González Ilama, de la organización Volcanes sin Frontera, hizo este lunes una inspección, y entre otros hallazgos dijo que dentro del domo pudo observan otras nacientes de agua.
Asimismo, comentó que en el lago se observan esferas de azufre de color negro, lo que hace pensar que se trata de partículas sometidas a muy alta temperatura, que se quemaron.
El director del Parque Nacional Volcán Poás, Redy Conejo, confirmó que el parque está abierto al público, pero hizo ver que en caso de presentarse un incremento en la emanación de gases y que estos lleguen hasta el mirador, se podría toma la decisión de evacuar a los visitantes.
Los gases ocasionan problemas respiratorios y podrían afectar sobre todo a personas que padecen de asma.