La tormenta tropical Nate, que golpeó nuestro país el 4 y 5 de octubre, tuvo acicates que incrementaron su potencial destructivo.
El hecho de que se formara como depresión tropical muy cerca de nuestro país (280 km. al noroeste de Limón) en uno de los meses más lluviosos del año y que estuviera casi estacionaria durante dos días fueron determinantes para generar lluvias que superaron los cauces de los ríos y minaron los ya de por sí saturados suelos del territorio nacional.
También, el meteoro pasó muy rápido de ser un sistema de baja presión hasta la primera fase de un ciclón, que es depresión tropical, con vientos de entre 60 y 70 km/h.
Los comités locales de emergencia apenas tuvieron tiempo de acatar las alertas y movilizar hacia albergues a personas de zonas vulnerables.
El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) alertó el martes 3 de octubre de que ese sistema podía fortalecerse poco a poco. Solo 24 horas después se tenía el embate del ciclón.
Las lluvias cayeron por 48 horas y se extendieron hasta el viernes en Guanacaste.
El primer informe del IMN estimaba que los montos variarían entre 60 y 120 litros por metro cuadrado en el Pacífico y el Valle Central en períodos de seis horas, pero fueron superados en varios puntos y alcanzaron montos históricos en Matapalo de Santa Cruz, Guanacaste (551 litros) y Quepos, Puntarenas, (600 litros).
De acuerdo con el jefe de pronósticos del Meteorológico, Werner Stolz, fue un temporal de gran envergadura y dejó, en promedio, lluvias de 400 litros por metro cuadrado en el Valle Central durante 48 horas.
Stolz dijo que el ciclón reforzó la zona de convergencia intertropical, la mantuvo lluviosa sobre nuestro país y jaló un gran flujo de humedad desde el océano Pacífico hacia el territorio.
Agregó que este tipo de sistemas tienen la capacidad de generar en 48 horas montos que pueden sobrepasar lo que llueve durante todo el mes.
Por lo anterior, el IMN sigue ejerciendo un estricto monitoreo atmosférico, ya que la temporada de huracanes concluye el 30 de noviembre.
Una oscilación entre el mar y la atmósfera llamada Madden Julian, también fue citada por Stolz como posible aporte a los fuertes aguaceros de Nate.
La Madden Julian genera más lluvias durante periodos neutros o sin efecto de El Niño, como ocurre actualmente en Costa Rica.
Rápida acción Lidier Esquivel, geólogo de la Comisión Nacional de Emergencia (CNE), consideró que las instituciones del Estado mostraron una rápida respuesta y se sacó gente antes de que se dieran las inundaciones. También se tenían identificados los lugares más vulnerables en cada zona
“Se sigue viendo cada vez más la importancia de que las comunidades estén organizadas ante riesgos”, añadió.
Hubo avalanchas, deslizamientos, inundaciones y corrientes repentinas de agua. Según el geólogo, estos eventos les hacen replantearse y adaptar los modelos de prevención vigentes.
A manera de ejemplo dijo que el colegio que quedó totalmente cubierto por el agua en Rey Curré de Boruca, Buenos Aires, se construyó sobre una terraza con datos históricos de hasta dónde había llegado el río Térraba cuando había rebasado su cauce, pero aún así quedó cubierto por el agua.
Ahora tomarán en cuenta que los eventos extremos pueden ser más recurrentes.
La CNE propondrá declarar como inhabitables sitios de Providencia de Dota, Bajo Caliente de Arancibia, Puntarenas y San Vicente de Grecia. También una zona de 45 casas en Rey Curré y otra región en Abangares.