Dos años después de descubrirse que el mayor caso de lavado de dinero del mundo se generó desde aquí, bancos nacionales todavía guardan $20 millones, producto de la actividad ilícita.
El dinero fue decomisado en mayo del 2013, cuando las autoridades allanaron las oficinas de la empresa Liberty Reserve y detuvieron a cinco implicados en el caso, en un operativo simultáneo que abarcó a Estados Unidos, España y los Países Bajos.
Los sospechosos están presos en Nueva York, Estados Unidos, pues fueron las autoridades de aquel país las que dirigieron las pesquisas. Como líder de la organización señalaron a Arthur Budovsky Belanchuk, un ucraniano naturalizado costarricense, luego de que se casó con una tica que vendía empanadas.
Los otros implicados son el marroquí Azzeddine El Amine, el estadounidense Kats Vladimir y los rusos Mark Marmilev y Maxim Chukharev.
Antecedente. Liberty Reserve fue creada en Costa Rica en 2006 y operaba por Internet, mediante una moneda virtual llamada bitcoin. El sistema le permitía procesar pagos y hacer transferencias de dineros sin ningún tipo de control ni registro.
Para las autoridades, esa estructura fue creada para efectuar transacciones ilegales, de una forma anónima.
Durante las pesquisas se determinó que, en siete años de funcionamiento, la firma tramitó más de $6.000 millones. Se sospecha que los fondos provenían de fraudes con tarjetas de crédito, piratería informática, pornografía infantil y tráfico de drogas.
En los allanamientos se decomisaron computadoras que, según explicó el fiscal adjunto de Legitimación de Capitales, Osvaldo Henderson García, contenían demasiada información que nuestro país no tenía la capacidad de procesar.
“En aquel momento (...) se tomó la decisión de trasladar toda la evidencia que era informática a Estados Unidos, a raíz de una solicitud de cooperación internacional, y ellos, con mayor capacidad de procesamiento, extrajeron los datos y armaron el caso en que han logrado condenas y tienen pendiente el juicio contra Budovsky”, dijo Henderson.
El fiscal explicó que hace dos semanas se reunió con fiscales de Nueva York, quienes le comunicaron que, en una primera selección, hallaron información sobre personas que se quedaron en nuestro país, la cual está contenida en 52 terabytes (podrían ser 13.000 películas de dos horas, en formato de alta definición).
“Hay que volverla a filtrar. Eso lleva mucho trabajo. Les pedimos ayuda, pues no tenemos recursos para analizarla”, precisó.
En nuestro país, aunque existe un proceso judicial abierto, no hay imputados.
Entretanto, el dinero, cinco lujosos vehículos y varias propiedades, están en custodia del Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD), a la espera de que los tribunales de justicia decidan a quién pertenecen.