“Toda la premisa con la que me allanaron mi casa, con la que me detuvieron y por la que me tuvieron presa en un cuarto de tres por tres metros en el Buen Pastor, era falso, todo falso”.
De esa manera, la hoy exjueza del Tribunal Penal de Limón, Rosa Elena Gamboa Haeberle, concluyó su declaración este miércoles, en el primer día del juicio en que figura como acusada de ayudar a un narcotraficante a quedar en libertad.
El debate se lleva a cabo en el Tribunal Penal de Hacienda de Goicoechea. El Ministerio Público le atribuye a la exfuncionaria dos delitos de infracción a la ley sobre estupefacientes y uno de tráfico de influencias.
Gamboa dijo que el caso en su contra empezó a raíz de que compró un carro a mediados del 2012.
Aseguró que ese año sacó dos préstamos para poder tener la prima de un automóvil de marca Suzuki y pagar unas deudas.
“Raramente, después de que compro un carro, aparece una mujer que dice que a ella le contaron que se habían pagado $20.000 a una jueza para poner a un sujeto en libertad”, cuestionó Gamboa.
La mujer relató que un año antes, en agosto del 2011, ella le cambió la medida cautelar a un sospechoso de apellido Zamora, quien estaba en prisión preventiva acusado de traficar dos toneladas de marihuana. Él salió en libertad bajo fianza, pero luego no se presentó al juicio en su contra y está en fuga.
Según Gamboa, ese expediente le llegó de manera repentina, pues se debía resolver una apelación presentada por la defensa.
Detalló que, pese a que la jueza anterior había considerado que existía la posibilidad de que Zamora se fugara, ella no coincidió.
“La jueza de primera instancia dijo que había peligro de fuga porque el imputado tenía tres meses de vivir en una vivienda, pero en la vista (audiencia) se demuestra que ha vivido media vida en Limón, solo que se había ido a vivir a esa casa porque estableció una relación de pareja. Se demuestra un gran arraigo familiar”, argumentó Gamboa.
En su relato, la exfuncionaria reprochó que el día que le allanaron su vivienda, el 16 de mayo del 2014, “un montón de matones” le botaron el portón, pese a que ella les indicó que podían entrar sin violencia y que la orden especificaba que no se usara la fuerza.
“Todo lo destrozaron, tiraron abajo los clósets, botaron toda la ropa y ahí no había nada, porque yo nunca hice nada, nunca falté a mis deberes, lo único que hice fue trabajar”, expresó.
Gamboa tenía 13 años de laborar para el Poder Judicial y solo le restaba un día para jubilarse cuando fue detenida. En noviembre del 2014, el Consejo Superior del Poder Judicial había aprobado su jubilación de ¢1,4 millones.
Acusaciones. La Policía asegura que Gamboa recibió en total ¢20 millones por soltar a Zamora.
Además, se le achaca otro asunto de octubre del 2013, relacionado con un hombre de apellido Velásquez, detenido por conducir ebrio y atropellar a un hombre en Penshurt, en Valle La Estrella, Limón.
Según la Fiscalía, Gamboa conocía a Velásquez e intercedió ante un colega para que el hombre quedara libre.
También le atribuyen que ese mismo año, aparentemente, presionó a otra jueza para que liberara a varios sospechosos de narcotráfico, entre ellos a Chichi Cole (acribillado en julio del 2015).
Sobre esto, Gamboa negó en su intervención haber influido en otros jueces para favorecer sus intereses y afirmó que solo conversó con sus compañeros acerca de los casos.